La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, anunció este domingo verbalmente que será candidata a la Presidencia en las próximas elecciones generales al frente de su plataforma Sumar apelando a que es «el tiempo de las mujeres». “Hoy humildemente creo que puedo ser útil a nuestro país. Voy a dar un paso adelante. Quiero ser la primera presidenta de nuestro país”, proclamó
El anuncio esperado llegó al final del acto organizado en la pista del Polideportivo Magariños de Madrid, repleto con unos 3.000 espectadores según fuentes de Sumar, sin contar a los que se quedaron fuera. “Dije que me iba a tomar un tiempo, que lo más importante era levantar un proyecto de país, , que iba a recorrer toda España”, rememoró. Y, en la escucha, dijo haber sentido a sus simpatizantes “muy cerca”, con “ilusión” y ”esperanza”, y haber visto que “mucha gente volvía a creer en la cosa pública”.
“Me tomé mi tiempo, sé que a veces no me comprendíais. Soy una mujer que duda mucho, pero dudar es importante para tomar decisiones importantes”, continuó. Y, reivindicando de esa forma “la duda”, lanzó su anuncio “porque es el tiempo de las mujeres”, que quieren “ser protagonistas de la historia”, y porque “la España de las mujeres es imparable” y “el futuro es hoy y se llama Sumar”.
En los primeros banco del público vitoreaban el anuncio los ministros Alberto Garzón y Joan Subirats; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el de Valencia, Joan Ribó; la eurodiputada de Unidas Podemos María Eugenia Rodríguez Palop; el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey; el portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, Enrique Santiago; el de Más País, Íñigo Errejón; el de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, y las portavoces de Más Madrid en la Asamblea regional y el Ayuntamiento de la capital, Mónica García y Rita Maestre
Díaz comenzó diciendo que “el futuro ya está aquí y se llama Sumar” y “vamos a dar respuesta a nuestro país”, que tiene “sed de cambio” y es un país “a favor” y alegre, al contrario de lo que, dijo, algunos “quieren hacer creer”; una contraposición que también aplicó a la ciudad de Madrid, escenario del acto.
La vicepresidenta aseguró que “escuchar lo transforma todo”, para conseguir “una forma de hacer política en la que quepamos todas”, y avanzó que en unos días estará listo el primer borrador del proyecto de país elaborado por los 35 grupos de trabajo de Sumar, para ser enmendado con aportaciones de la sociedad.
Luego fue dando las gracias sucesivamente por estar allí a Colau, Ribó, Garzón (por su “enorme generosidad” y “saber estar donde hay que estar”), Santiago (“por su altura de miras”), Errejón (“por su “inteligencia para un nuevo proyecto de país”), Mónica García, Rita Maestre, y al resto de partidos que acudieron, como la Chunta Aragonesista, Proyecto Drago, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Contigo Navarra, cuya candidata a las elecciones autonómicas, Begoña Alfaro, fue la principal dirigente de Podemos presente en el acto, en tanto que coordinadora autonómica de ese partido.
«MUCHA GENTE POR SUMAR»
“Queda mucha gente por sumar y vamos a sumarla a toda ella”, aventuró Díaz en una posible referencia a Podemos. A continuación glosó la “política con mayúsculas” enumerando la subida del salario mínimo, los derechos de las trabajadoras del hogar, la regulación del precio del alquiler y la reforma laboral, cuyo voto en contra “con el PP y con Vox” y por “electoralismo” y “politiqueo” echó en cara a ERC.
La vicepresidenta llamó a “ensanchar la democracia” y a “cuidarla”, porque en su opinión “está en riesgo” por culpa del “partido del odio”, en cada país con un nombre. También a “transformar el país”, porque la labor del Gobierno de coalición “es sólo el comienzo”; en particular, quiso defender a los jóvenes, negando que sean una generación de cristal, y llamó “nini” a los gobiernos que no daban “ni alternativas ni soluciones” a la juventud y encima la reprochan que no se comprometa en política. En concreto, reprochó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, haber regalado maletas a los jóvenes con mejores expedientes.
Para el proyecto dijo que contará con “manos plurales, de muchos colores, vengan de donde vengan”, pero lo harán “en común”, para seguir “el hilo de las utopías”, y enumeró colectivos profesionales por los que quiere luchar para terminar abanderando a las mujeres y llamando a “derrotar políticamente” al neoliberalismo del PP de Feijóo.
Díaz se remontó a las revoluciones liberales y el republicanismo del siglo XIX y a la lucha por el voto femenino y los avances sociales durante la Segunda República y sentenció “Vivan las mujeres libres” que “no son de nadie”. Todo ello puso en pie al auditorio comenzando por los dirigentes políticos presentes, que también se pudieron sentir representados por esa estirpe.
“Estamos cansadas de tutelas, cansadas de ser ninguneadas . No pertenecemos a nadie más que a nosotras mismas. No hace falta gritarlo más. Se nos entiende muy bien”, proclamó, antes de plantear su proyecto de país a modo de nueva carta de derechos para hombres y mujeres. En la que, por ejemplo, la democracia llegue a las empresas, los bancos y las entidades energéticas; se salve el futuro del planeta pero con un modelo horizontal, se impulsen la cultura y la educación, la atención primaria en sanidad (“La vamos a colocar en el centro del sistema”), la salud bucodental, la óptica y la mental en el sistema público; y la política de vivienda, a la que describió como “la asignatura pendiente” del país.
La carta de derechos también colocaría los cuidados en el centro de la economía, con escuelas de 0 a 3 años, atención a la dependencia y un nuevo modelo de residencias; acortaría la jornada laboral sin reducir el salario, colocaría los algoritmos de la inteligencia artificial “al servicio de la democracia”; protegería los derechos de las personas LGTBI y garantizaría el aborto libre y gratuito en la sanidad pública, e impulsaría una Europa más social, verde y ecologista que nunca, con “los derechos humanos en el frontispicio de Europa” porque “nadie puede morir buscando un futuro mejor”, en alusión a los inmigrantes.
Antes de verbalizar su candidatura, Díaz definió la “política de verdad” como “honestidad”, como “mirar a los ojos de los poderosos” y como “compromiso”, todo ello “sin olvidar la ternura”. Hizo bandera de que “la lucha siempre se conjuga en colectivo y desde la esperanza” y se negó a “elegir entre la libertad y la igualdad”, porque “las dos son imprescindibles”. “Por eso estoy aquí”, aseguró para embocar en su anuncio.
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