La actriz Blanca Portillo recibió el Premio Málaga – Diario Sur en el 26 Festival de Cine de Málaga. Portillo ha mantenido un encuentro ante los medios en el Teatro Cervantes acompañada del director del certamen, Juan Antonio Vigar, en el que ha relatado cómo ha evolucionado su relación con la profesión.
La laureada intérprete de películas como ‘Siete mesas de billar francés’ o ‘Volver’ ha asegurado que su estado fundamental es el del pánico frente a una cámara: «Confieso que yo veo un piloto rojo y me muero, me asusto. Entra hasta el fondo».
«Me daba pánico hasta que alguien me dijo que, en vez de tenerle miedo, intente seducirla. A partir de entonces intento ser siempre lo más honesta posible. Si no lo eres, canta», ha defendido Portillo. El riesgo, además, es mayor en el cine por su permanencia: «Cuando hago un personaje, yo quiero desaparecer. Quiero que ese ser humano aparezca y nunca sé si lo que está viendo es a Blanca Portillo o a ese personaje», ha reflexionado.
«Me siento igual de incómoda en todas partes. No he ido ganando en confianza, sino en pánico. Pero creo que es un valor en sí mismo, estar asustada y decir: ‘Tira’. Tengo una especie de cordón umbilical que me une al teatro; pero me da el mismo miedo el cine que la tele que el teatro», ha compartido.
No obstante, ha disfrutado mucho de los directores que más la han exprimido, como Pedro Almodóvar: «Me gusta cuando un director tiene una precisión tan grande que te pone al límite de tus posibilidades. Él detecta muy bien lo que te pasa por dentro y construye los personajes muy bien. Trabajando con él he sido inmensamente feliz. Verle dirigir es como estar al lado de Picasso viéndole pintar».
«En mi casa nos dedicamos a jugar a los personajes y crear historias en la oscuridad. Creo que fue un entrenamiento del que yo no era consciente», ha recordado Blanca Portillo sobre sus orígenes. Una vez comenzó a formarse en la interpretación, concluyó que había encontrado su vocación: «Yo ya no quiero hacer otra cosa», se dijo en aquel momento.
El camino alcanzó una importante cumbre con ‘Maixabel’ (2021), por la que finalmente consiguió el Goya a Mejor actriz y en la que interpretaba a una mujer real que quedó viuda por ETA, con la responsabilidad que eso entrañaba: «La protagonista de esa historia está ahí, era real». «Ha sido un viaje vital. El de Maixabel tuvo que ver con un viaje íntimo y personal, conocerla a ella y a su familia… Ella es una mujer maravillosa. Dicen que somos una especie de extrañas hermanas», ha contado Portillo sobre la verdadera Maixabel.