El gobierno que proclama ser el más feminista de la historia ha votado a favor de la mentira y de quienes se benefician de ella para convertir a la población menor, nuestro alumnado, en enfermo y dependiente de por vida de la industria médico-farmacéutica de la identidad de género. La estocada final de una ley estatal que, además, pone al profesorado ante la disyuntiva de ser cómplice e instrumento del engaño o arriesgarse a la persecución, las sanciones y la inhabilitación.
Con la complicidad de los parlamentos de todo signo político, el profesorado de todas las etapas educativas hemos asistido con estupefacción al secuestro de la Coeducación, nuestra principal herramienta de lucha por la igualdad entre mujeres y hombres desde la escuela, y su sustitución por propaganda transgenerista que ha colonizado las aulas con ideas rotundamente falsas: que el sexo se puede elegir, que se puede nacer en un cuerpo equivocado, que existen cerebros de niñas y cerebros de niños, que ser mujer u hombre es un sentimiento, o que el sexo no es binario sino un espectro.
Desde Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) no vamos a ceder ante esta locura antidemocrática y seguiremos denunciando la instrumentalización de nuestra labor docente desde la responsabilidad y la ética profesional al lado del alumnado y de las familias. Y desde este compromiso animaremos a objetar porque es la única respuesta que merece el atropello contra la verdad y la protección de la población menor y de los derechos de las mujeres que se ha perpetrado este 16 de febrero en el Congreso de los Diputados.