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miércoles, noviembre 20, 2024

Hallan fósiles de los primeros primates que vivieron en el Ártico hace 52 millones de años

Sobrevivían a seis meses de oscuridad invernal cada año, según un estudio

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Un equipo internacional de investigadores ha encontrado fósiles de dos especies hermanas de primeros parientes de los primates -llamadas ‘primatomorfanos’-, que vivieron al norte del Círculo Polar Ártico hace unos 52 millones de años.

Así lo explican en un artículo revisado por pares y publicado en la revista ‘PLOS ONE’. Los autores apuntan que los primeros primates se adaptaron a la vida en el alto Ártico de lo que es ahora Canadá, que tenía un clima cálido, pero una biodiversidad limitada.

El Eoceno temprano fue una época de intenso calentamiento global, lo que proporcionó un estudio de caso crucial para examinar cómo reaccionan los ecosistemas a los cambios climáticos.

Kristen Miller, de la Universidad de Kansas (Estados Unidos), y sus colegas identifican dos nuevas especies, los primeros parientes de primates jamás informados de este antiguo ecosistema ártico.

Según Miller, ambas especies (‘Ignacius mckennai’ e ‘Ignacius dawsonae’) descienden de un ancestro común que se dirigía al norte y que poseía un espíritu «para ir audazmente a donde ningún primate ha ido antes».

EOCENO TEMPRANO

Los especímenes fueron descubiertos en la isla de Ellesmere (Canadá), en capas de sedimentos vinculados con el Eoceno temprano, una época de temperaturas más cálidas que podría predecir cómo irá a los ecosistemas en los próximos años debido al cambio climático provocado por el ser humano.

“Nunca se ha encontrado ningún pariente primate en latitudes tan extremas”, indica Miller, antes de añadir: “Se encuentran más generalmente alrededor del ecuador en las regiones tropicales. Pude hacer un análisis filogenético, que me ayudó a comprender cómo los fósiles de la isla de Ellesmere están relacionados con las especies que se encuentran en las latitudes medias de América del Norte, lugares como Nuevo México, Colorado, Wyoming y Montana. Incluso en Texas tenemos algunos fósiles que también pertenecen a esta familia”.

El Círculo Polar Ártico era mucho más cálido cuando vivían estos primos evolutivos cercanos de los primates, un ecosistema boreal que albergaba una plétora de vertebrados del Cenozoico temprano, incluidos los cocodrilos antiguos, pero, como hoy, todavía estaba mayormente oscuro durante la mitad del año.

Esta oscuridad, según Miller, puede haber provocado que ambas especies desarrollaran dientes y mandíbulas más robustos en comparación con otros parientes primates de la época.

“Mucho de lo que hacemos en paleontología es observar los dientes: conservan lo mejor”, indica Miller, quien analizó la microtomografía de alta resolución de los dientes fósiles descritos en el artículo.

“Sus dientes son súper raros en comparación con sus parientes más cercanos. Entonces, lo que he estado haciendo en los últimos dos años es tratar de entender qué estaban comiendo y si estaban comiendo materiales diferentes a los de sus contrapartes de latitudes medias”, añade.

Miller y sus colegas creen que la comida era mucho más difícil de encontrar durante los oscuros meses de invierno, cuando los parientes de los primates del Ártico probablemente se vieron obligados a consumir material más duro.

«Creemos que ese es probablemente el mayor desafío físico del entorno antiguo para estos animales», recalca Chris Beard, profesor distinguido de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Kansas, quien apunta: “¿Cómo sobrevives seis meses de oscuridad invernal, incluso si hace bastante calor? Los dientes e incluso los músculos de la mandíbula de estos animales cambiaron en comparación con sus parientes cercanos de latitudes medias”.

Beard indica: “Para sobrevivir esos largos inviernos árticos, cuando los alimentos preferidos como las frutas no estaban disponibles, tenían que depender de los ‘alimentos alternativos’ como las nueces y las semillas».

Además, los investigadores encontraron que ambas especies eran un poco más grandes que sus parientes cercanos más al sur, un grupo de primos primates denominados ‘plesiadapiformes’.

“Pero eran bastante pequeños. Algunos ‘plesiadapiformes’ de las latitudes medias de América del Norte son muy pequeños. Por supuesto, ninguna de estas especies está relacionada con las ardillas, pero creo que es la criatura más cercana que tenemos que nos ayuda a visualizar cómo podrían haber sido. Lo más probable es que fueran muy arbóreos y, por lo tanto, vivieron en los árboles la mayor parte del tiempo”, concluye.

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