Tras registrar 300 muertes por este motivo en tres países
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha insistido en la importancia de que los países implanten medidas para detectar y frenar la falsificación de medicamentos, después de que se hayan notificado más de 300 muertes por ingesta de jarabes infantiles para la tos contaminados en los últimos cuatro meses en Gambia, Indonesia y Uzbekistán, la mayoría en niños menores de cinco años.
«El año pasado, la OMS dio la voz de alarma emitiendo alertas médicas en octubre centradas en Gambia, en noviembre sobre Indonesia y a principios de este mes en relación con Uzbekistán. Los casos en estos tres países están asociados a más de 300 muertes, pero sabemos que al menos siete países se han visto afectados», ha informado el director general de la OMS en rueda de prensa.
Estos contaminantes son sustancias químicas tóxicas utilizadas como disolventes industriales y agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso en pequeñas cantidades, y que nunca deberían encontrarse en medicamentos. Tal y como ha recordado Tedros, esta semana, la OMS ha impulsado un llamamiento urgente a países, fabricantes y proveedores «para que hagan más por prevenir, detectar y responder rápidamente a los medicamentos contaminados».
«Los Gobiernos deben aumentar la vigilancia para poder detectar y retirar de la circulación cualquier medicamento de calidad inferior identificado en las alertas médicas de la OMS. También deben hacer cumplir las medidas legales para ayudar a detener la fabricación, distribución y uso de medicamentos de calidad inferior y falsificados», ha reclamado el director general del organismo sanitario de las Naciones Unidas.
Tal y como ha pedido, los fabricantes deben comprar «ingredientes de calidad farmacéutica a proveedores cualificados y realizar pruebas exhaustivas antes de utilizarlos». Asimismo, los proveedores deben comprobar siempre que no haya indicios de medicamentos contaminados y distribuir o vender únicamente medicamentos aprobados por las autoridades competentes y procedentes de fuentes aprobadas por ellas. «Todas las muertes innecesarias duelen, pero cuando mueren niños ese dolor se magnifica y exige una respuesta necesaria», ha lamentado Tedros.