Retrocedamos desde nuestro presente desmemoriado hasta enero de 1918. Se empieza a vislumbrar el final de la Primera Guerra Mundial en un contexto que resulta de lo más familiar: con la inflación disparada, se produce una inasumible subida del precio de materias primas y de los productos básicos y de primera necesidad. Los empresarios favorecen las exportaciones a la Europa en guerra en busca de más beneficios, escasean los alimentos, los pobres son cada vez más pobres por el estancamiento de los salarios… Y termina siendo el precio del pan el que desata la revuelta, con la ciudad de Málaga como epicentro del descontento. Al grito de «¡queremos que baje el precio del pan!», unas ochocientas faeneras —trabajadoras de todos los ámbitos— recorrieron el 9 de enero de 1918 las calles de Málaga en dirección al Gobierno Civil para protestar contra la subida de todo en general y del pan en particular, que alcanzaba ya las 55 pesetas el kilo. Se inicia así una revuelta de proyección social y territorial, con las mujeres al frente.«Es importante que las mujeres de Málaga sepan que ellas fueron inspiración, aun sin tener quizás conciencia de lo que estaban haciendo. Tenemos que explicar que las conquistas que hoy tenemos o las que queremos conseguir se basan en luchas de siglos porque, de lo contrario, la gente puede caer en la tentación de pensar que las cosas siempre han sido así y, por tanto, siempre van a seguir así. Eso es una mentira enorme. La historia cambia y no cambia sola, sino que es la gente la que hace que la historia cambie», Consiguieron revertir la situación por pura desesperación, en definitiva. Por sorpresa y contra todo pronóstico, pues incluso en la prensa nacional de la época se las trataba con «mucha condescendencia y paternalismo», poco menos que una adorable anomalía jugando a la revolución. Pero lo hicieron y cabe preguntarse si algo así podría volver a suceder en este siglo XXI de tanto individualismo, por todo esto este sábado acude a apoyar a la «Plataforma por la memoria de las Faeneras 1918», allí te esperamos