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viernes, noviembre 22, 2024

Helen, cazadora de libros: Taras Bulba, de Nikolái Gogol

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La de Taras Bulba es la historia de un hombre criado para la batalla que lleva muchos años viviendo en paz, y cuando ve regresar a sus dos hijos a casa, tras haber estado estudiando cuatro años en Kiev, siente la sangre arder en sus venas como cuando era joven, los tambores de guerra vuelven a sonar en su corazón, lo están llamando.

Obliga a sus hijos a abandonar el añorado calor del hogar y a una madre que los esperaba con ardor, de la lumbre que les tenía preparada y del cariño que durante años no han podido recibir de ella. Una mujer que tras llorar de alegría su llegada, llora ahora con dolor su nueva marcha. No deja transcurrir ni veinticuatro horas entre ambos acontecimientos, para gozo del padre y tristeza de la madre.

Bulba quiere ir a la guerra, así que ensilla los caballos, se despide de su mujer y parte junto a sus hijos hacia la setch, donde aguardan el resto de cosacos para que los llamen a la guerra. Allí entrenarán, combatirán, beberán y defenderán la religión cristiana ortodoxa que juraron defender (pero no irán con mujeres, porque un cosaco no puede dejarse llevar por la lujuria).

Nikolái Gogol escribió esta obra en 1835 y pronto se convirtió en un clásico de la literatura universal. Ahora la Editorial Zenda – Edhasa la recupera en su colección de aventuras, para que quién no conozca la historia del primer cosaco pueda disfrutar de ella y para quién ya la hubiese oído, la vea con nuevos ojos, nuevo formato y nuevas ganas de lucha.

Taras Bulba es obstinado, feroz, leal, fuerte, valiente, todo lo que un cosaco debe ser. Nacido en  la tierras de Ucrania, sabe lo que es perder amigos en la batalla y está dispuesto a enseñarle a sus hijos que el mayor honor de un cosaco es no morir de viejo en la cama.

Andrei y Ostap son esos hijos, el primero es el menor, más estudioso y enamoradizo, vivió su primer amor con una tártara mientras estudiaba en Kiev y el segundo, el mayor de los dos, se parece más a su padre en cuanto a bravura y ganas de pelear. Bulba considera que Ostap podrá llegar a ser algún día un gran general cosaco y que Andrei, pese a ser menos frío en la batalla, será un buen soldado.

Los tres hombres llegan a la setch donde comprueban que no hay posibilidad alguna de entrar en batalla por “no sé qué tratado de paz con los polacos”, pero alguien atisba un resquicio de esperanza cuando descubren que los judíos están apoderándose de las iglesias cristianas y ellos eso no pueden permitirlo, así que comienzan su nueva gran aventura arrasando pueblos, matando mujeres, niños, ancianos y todo aquello que encuentran a su paso.

Nikolái Gogol consigue hacerte entrar en pelea y atemorizarte con los cosacos, pero también hace que empatices con ellos. La verdad, es que no sé cómo lo logra, pero es así. Al final del libro, cuando has sido testigo del destino que estaba preparado para los Bulba, sientes pavor y pena y lamentas profundamente que Taras no oyera a su mujer, a la madre de sus hijos y se hubiesen quedado en casa… (pero de ser así, no habría historia que contar, supongo).

Si quieres sentir lo que es ir a la guerra, si quieres conocer a los guerreros más bien entrenados, lee Taras Bulba de Nikolái Gogol, con el prólogo de Arturo Pérez Reverte, donde te explica por dónde andan, a día de hoy, estos guerreros cosacos.

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