Me ha resultado muy complicado encontrar las palabras adecuadas para explicar, lo que ha supuesto para mí la lectura de “El rumor del oleaje” . Enfrentarse a un clásico de la literatura universal es siempre arriesgado porque traen en la mochila una imagen que, a veces, no concuerda con lo que realmente te hace sentir a tí como lector. Las expectativas pueden crear una versión distorsionada de la obra.
De la novela escrita por Yukio Mishima en 1954 tan sólo conocía que era una de las “más bellas historias de amor de todos los tiempos” y yo que suelo huir de éste género, me debatía entre darme la oportunidad de leerla o continuar dejándola en espera. Pero entonces llegó a casa la nueva edición de Alianza Editorial, con esa bella portada que forma parte de la colección 13/20, donde están recuperando clásicos imprescindibles, y afortunadamente, decidí ir a por ella.
“El rumor del oleaje” está escrito con una prosa muy delicada que facilita su lectura. Narra la vida en Japón en los comienzos de la década de los 50 del siglo XX, el oficio de pescador destinado a hombres y el de buceadora destinado a las mujeres. El escenario es una pequeñísima isla llamada Utajima, un puerto pesquero con menos de mil quinientos habitantes y cuyo diámetro no supera los cinco kilómetros, donde se vive de la pesca y de los sueños por cumplir. Es un lugar anclado en el tiempo, con roles sociales perfectamente repartidos y donde todo funciona porque nada cambia. Una época donde era importante evitar las habladurías de los vecinos para salvaguardar el honor de la familia. Habla de manera sublime sobre el despertar del amor, el paso de la adolescencia a la edad adulta, el descubrimiento del sexo y la búsqueda del valor necesario para afrontar todo aquello que nos frena.
Lo más curioso de “El rumor del oleaje” es que aun narrando el enamoramiento entre Shinji y Hatsue y los problemas a los que tiene que enfrentarse para vivir su amor, la historia no gira en torno a ellos, sino que lo hace alrededor de la fuerza de la naturaleza y mira constantemente al mar escuchando el rumor que da nombre a la novela.
Shinji es un joven pescador sin apenas dinero cuyo mayor deseo es poder comandar algún día su propio barco junto con su hermano menor y así, conseguir que su madre (viuda) se aleje del duro oficio de buceadora, que la obliga a meterse en las frías aguas oceánicas. Hatsue es la hija menor del hombre que posee casi toda la flota pesquera de la isla, criada en otra familia porque su padre al enviudar no podía ni quería encargarse de ella pero que, cuando el hijo con el que vivía fallece, la hace llamar para que lo cuide.
Un día en que Shinji termina su jornada laboral descubre una cara nueva trabajando en la playa, una muchacha que nunca antes había visto y le extraña la sensación que le produce mirarla. Esa muchacha es Hatsue. Entre los jóvenes surge algo, pero el padre de Hatsue tiene intención de casarla con el hijo de un importante hombre de negocios de la isla. Es aquí donde la novela gana unos personajes que van creciendo y conociéndose a ellos mismos, que se enfrentan a los errores cometidos y que luchan por sobrevivir a la vergüenza de haber realizado algo que pueda perjudicar a sus familias. Afortunadamente, no estamos ante unos Romeo y Julieta.
En “El rumor del oleaje” se va sucediendo una historia de amor mientras contemplamos cómo la naturaleza gobierna la vida, como cuando Shinji y Hatsue se encuentran por primera vez y el viento les azota las mejillas, cuando descubren el calor del amor junto a un gran fuego, cuando la lluvia les proporciona calma cuando no pueden estar juntos o cuando Shinji debe demostrarse a sí mismo su valor en mitad de una tormenta mientras pescaban pulpos. El rumor del oleaje guía a los protagonistas más de una vez hacia su destino y la fuerza del amor los abrazará para protegerlos.
«Dios del mar, protege a mi bondadosa madre y a mi hermano, que todavía es un niño. Cuando llegue la temporada del buceo y mi madre se sumerja, te ruego que la protejas de los numerosos peligros… Y ahora me gustaría hacerte una petición diferente… Concede algún día, incluso a una persona como yo, una novia hermosa y de buen corazón… digamos una chica como la hija de Terukichi Miyata, que acaba de volver…»
Esta es la plegaria que Shinji realiza en el santuario de Yashino tras saber quién era la chica que tan entregada trabajaba en la playa y que, había llamado su atención como ninguna otra persona lo había hecho antes. La novela refleja con perfección las costumbres japonesas de rendir homenaje a los ancestros y a las deidades antiguas. Es muy respetuosa.
Sin pretensiones y con sutileza el único objetivo de Yukio Mishima al escribir El rumor del oleaje es narrar una bella historia mientras nos hace reflexionar sobre el poder de lo místico y la necesidad de escuchar a quienes amamos (incluso cuando creemos que somos nosotros los únicos que llevamos la razón).
“El rumor del oleaje” de Yukio Mishima es una lectura necesaria que te va a sorprender y no te va a decepcionar.
Sigue nuestras noticias