- Hoy se celebra el Día Internacional del Migrante
Al menos 51.000 personas han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo desde 2014 y otros miles más han desaparecido debido a la persistente falta de vías de migración seguras y regulares, por lo que muchos seres humanos siguen emprendiendo viajes peligrosos año tras año.
Naciones Unidas aporta esos datos con motivo del Día Internacional del Migrante, que se celebra este domingo con el lema ‘Por el bien de todos, gestión humana y ordenada de la migración’.
El secretario general de la ONU, António Guterres, apunta en un mensaje con motivo del Día Internacional del Migrante que el planeta tiene más de 280 millones de personas que abandonaron sus países para «emprender la universal búsqueda de oportunidades, dignidad, libertad y una vida mejor».
En su mensaje, recogido por Servimedia, Guterres precisa que actualmente más del 80% de los migrantes del mundo cruzan las fronteras de forma segura y ordenada, y que la migración es «un poderoso motor de crecimiento económico, dinamismo y entendimiento», pero los desplazamientos no regulados que transcurren «por rutas cada vez más peligrosas -cruel dominio de los traficantes- sigue cobrando un precio terrible».
«En los últimos ocho años han muerto al menos 51.000 migrantes, y miles más han desaparecido. Detrás de las cifras hay seres humanos: una hermana, un hermano, una hija, un hijo, una madre o un padre», sentencia.
Guterres subraya que los derechos de los migrantes son derechos humanos que deben ser respetados sin discriminación e independientemente de que el desplazamiento sea forzado o voluntario, o tenga autorización oficial.
«Debemos hacer todo lo posible para evitar la pérdida de vidas, como imperativo humanitario y obligación moral y legal. Debemos disponer labores de búsqueda y salvamento y prestar atención médica. Debemos ampliar y diversificar las vías de migración basadas en los derechos para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y afrontar la escasez de mano de obra en el mercado laboral. Y necesitamos un mayor apoyo internacional a las inversiones en los países de origen para que la migración sea una opción, no una necesidad. No hay crisis migratoria; hay una crisis solidaria», sentencia.
DESPLAZADOS INTERNOS
En los últimos años, los conflictos, la inseguridad y los efectos del cambio climático han contribuido en gran medida a los movimientos forzosos dentro de los países o a través de las fronteras. Más de 59 millones fueron personas internamente desplazadas a finales de 2021, según la ONU.
Independientemente de los motivos que obligan a las personas a desplazarse, los migrantes y las personas desplazadas se encuentran entre los grupos más vulnerables y marginalizados de la sociedad y, con frecuencia, están expuestos al abuso y la explotación.
Tienen un limitado acceso a servicios esenciales, como el cuidado de la salud, y deben enfrentar agresiones xenófobas y a la estigmatización inducidos por la difusión de desinformación. Además, muchos trabajadores migrantes obtienen trabajos temporales, informales o sin protección, lo cual los expone a un mayor riesgo de inseguridad, despidos, y pobres condiciones laborales.
Naciones Unidas subraya que los migrantes son una fuente de prosperidad, innovación y desarrollo sostenible para los países de origen, de tránsito y de acogida. «Sus contribuciones financieras a través de las remesas ofrecen una cuerda salvavidas para las familias y estimulan los mercados locales, en especial los de países que cuentan con ingresos bajos y medios. Su rol en el mercado laboral sigue siendo muy valioso, tal como se evidenció en la primera línea de la respuesta a la pandemia de la covid-19. Sus conocimientos, sus redes, y sus capacidades han contribuido en gran medida al desarrollo de comunidades resilientes», recalca.
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