Realmente vivimos en tiempos sombríos. Demostramos que se pueden retroceder siglos con noticias como ésta, Cris Hermsworth se retira del cine por descubrir que tiene un «alto riesgo» de sufrir alzheimer, sumándose a la cola de otros rostros famosos que deciden abandonar proyectos que les sostienen en la vida, la directriz de su cuerpo. Se amputan pechos por la probabilidad de generar un cáncer de mama, huyendo de la muerte dictada por un megáfono genético, por un cadena que estrangula el alma. Es sabido que algunas personas con una variación genética predisponente nunca contraerán la enfermedad, mientras que otras sí, incluso dentro de una misma familia. ¿De qué otra herencia podemos hablar? Hay una herencia que tiene que ver con las posiciones psíquicas, con estructuras psíquicas, con maneras de posicionarnos ante nuestros deseos, nuestra moral, en la máquina hominizante que nos fabrica como hombres y mujeres, cómo nos adentramos en el mundo, aceptamos o rehuimos de la ley, construimos salud o enfermedad. Hay una herencia ideológica familiar y social. Estamos sujetos a una complejidad más haya de un código de barras, o un código genético. Hay un código ideológico que se transmite y puede enfermar. El enfermo «habla» de cómo es la posición familiar, de cómo es la sociedad y el sujeto de cómo resuelve el conflicto consigo mismo.
Seguimos en el sistema de castas, ahora genéticas, donde uno deja de vivir, se mutila, para no morir. ¡ Qué incongruencia! ¿Cómo dejar de leer, de estudiar guiones, de trabajar que sujeta tan fuertemente a la realidad, por una alta probabilidad? ¿Qué frases guían nuestra vida, qué pensamientos? No estamos solos y no hacen creer que lo estamos, reduciéndonos a un saco de alveolos y neuronas. Hay milagros maravillosos que no son milagros, sino la fuerza de lo psíquico, del deseo, del trabajo, de la interpretación – construcción psicoanalítica en transferencia que te abre nuevos sentidos, nuevas vías para morir por el camino de la vida. Nos hemos centrado en los microorganismos, las células, cuando el entramado de la vida son también nuestros sostenes sociales, nuestras relaciones, la fortaleza de nuestro ser psíquico y social, el amor social…
¿Por qué no empezamos por cuidar la salud mental, que está tan relacionada con el cuerpo? ¿Acaso dejamos de vivir o vivimos guiados por una frase que nos sentencia? ¿Cuántos ejemplos de personas conocen que les sentenciaron vas a ser un inútil, no vas a llegar a nada en la vida? No es lo que te digan, lo que te pase, es lo que vas a hacer con eso. No te dejes vencer ni aún vencido. No es de dónde vienes, no es tu código genético. Uno no ha de dejar de vivir, ni ha de estropearse, para que el oráculo se cumpla. Hay enfermedades muy graves que tienen de base la depresión.
Ya hay “sentencias científicas» pero lo único seguro es que nos vamos a morir. El código genético y el código del lenguaje son los únicos que se basan en el uso de unidades discretas que por sí mismas carecen de significado. Erwin Schrödinger , físico y premio Nobel , quiso vislumbrar la vida desde el punto de vista de la física, centrándose en un campo que comenzaba a abrirse, el de la genética, que dio paso posteriormente a James Watson y Francis Crick: descubridores de la estructura del ADN. Explicó de forma matemática que en el mundo de las partículas más pequeñas que el átomo estaba regido por unas leyes alejadas de la realidad, en el mundo subatómico. Sigmund Freud también hizo un descubrimiento fundamental, también en lo psíquico hay unas leyes muy alejadas de la realidad, de la lógica y de la razón, y que son las de la lógica inconsciente. Los procesos inconscientes están implicados en la enfermedad. Tanto en el alzheimer, como en la depresión, en el cáncer y en todas las enfermedades. No somos cuerpo y mente separados
Indefensión aprendida acontece cuando el terror y la amenaza sobrevuela. ¿Es necesario? Cuánta amenaza que deprime nuestro sistema inmunológico, nuestro sistema social, ¿qué ejemplos damos? La pandemia es uno de ellos. ¡Qué bombardeo mediático!
No cuenten conmigo, yo me psicoanalizo, y quiero vivir, sostener también una sociedad donde la salud tenga que ver con cuidarse, trabajo y me formo como profesional de la salud, y me sostengo en modelos donde no me comanda el terror de perder, correspondiente a una etapa infantil, porque no tengo nada que perder, y sí mucho que ganar, en amor, en salud, en construir vidas mejores, hablar, reírme, disfrutar, trabajar. Más psicoanálisis nos ayudaría a vivir mejor.
NO PAREN ELMUNDO QUE YO SIGO ¿QUIÉN SE SUMA?
Laura López Psicoanalista en formación con Grupo Cero
y psicóloga colegiada
www.lauralopezgarcia.com