La Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales hemos presentado esta mañana un estudio sobre la dimensión social de la hostelería, que analiza el impacto de los establecimientos hosteleros de proximidad en la vida personal y comunitaria, así como las funciones que cumplen en el logro de sociedades más igualitarias e inclusivas.
El estudio ha contado con la colaboración de Hostelería de España, que también ha estado presente en el acto de esta mañana. En concreto, su presidente, José Luis Yzuel, ha asegurado que “somos conscientes del fuerte peso económico de la hostelería, que aporta el 6,4% del PIB y da empleo a 1,8 millones de trabajadores, pero este este Estudio pone en valor la importante función social de los bares. Todos sabíamos que España se diferencia del resto de los países de nuestro entorno porque aquí forma parte de nuestra forma de socializar y nuestra cultura, y, en este sentido, los bares y restaurantes son espacios de convivencia y de disfrute y aportan a la integración y cohesión social
Gustavo García, coordinador del estudio y redactor del Informe desarrolló sus contenidos:
En primer lugar, explicó cómo los establecimientos hosteleros de proximidad, en barrios y pueblos, son espacios de referencia para el encuentro vecinal, laboral o relacional. El 85% de las personas usuarias de la hostelería tienen uno o más establecimientos habituales, que son algo más que “servicios” y que forman parte de su vida cotidiana. Esto cambia según el tamaño de la población. La mayor fidelidad se produce en poblaciones medias (entre 20.000 y 50.000 habitantes).
Los bares más tradicionales (bar de tapas, bar-terraza, cafeterías y bares restaurantes) son los establecimientos de hostelería que más favorecen la relación de proximidad por vecindad o trabajo. Los expertos (de hostelería y de lo social) destacan la importante función relacional que tienen los bares. El 45,5% de los hosteleros y 53,85% de los expertos de lo social, coinciden en que mayoritariamente las personas acuden acompañadas a los locales de hostelería, lo que pone de manifiesto el carácter relacional del uso de estos establecimientos.
El informe pone de manifiesto que tener uno o varios establecimientos de referencia se asocia a una mayor satisfacción vital: (entre 3,87 y 3,89 en una escala de 5) y a una mayor confianza vecinal (3,59 sobre 5 frente a 3,32 de las personas que no los tienen). Bares, restaurantes y cafetería constituyen así, en el ámbito de la proximidad, espacios de construcción de ciudadanía, que contribuyen a la inclusión social, reforzando sentimientos de pertenencia y evitando el aislamiento de personas que viven solas o mayores. Unas funciones muy arraigadas socialmente, que los define como elementos característicos de nuestra cultura y una de nuestras señas de identidad.
El informe relaciona cinco funciones sociales de los bares:
1.- Favorecen las relaciones sociales directas, comunicación, pertenencia y encuentro: Su función más valorada es ser punto de encuentro entre vecinos y amistades (4,21 sobre 5), seguido de lugares para ver eventos deportivos (3,99) y destaca la reciente visión de espacios informales para trabajar o estudiar o (3,9), como una nueva función de estos establecimientos que todo parece indicar que va a tener un mayor peso en el futuro y en las nuevas generaciones. Las nuevas tecnologías y en especial las RRSS no afectan al papel de los bares como espacios de relación personal directa.
2.- Evitan el aislamiento y la soledad: Cada vez hay más personas afectadas por situaciones de soledad. Los bares tradicionales y de barrio alcanzan una puntuación de 3,81 sobre 5 en la percepción como lugares para prevenir el aislamiento y la soledad. Para los expertos de lo social, son espacios ideales para que las personas solitarias tengan oportunidades de relación y convivencia vecinal.
3.- Aportan seguridad al entorno: La sensación de seguridad que ofrece la hostelería de proximidad, tiene una puntuación de 3,67 en su contribución a que los barrios y pueblos sean más seguros. Existen experiencias en las que los bares forman parte de itinerarios seguros para personas mayores, niños y niñas.
4.- Proporcionan servicios personales: Con una puntuación superior a 3,5 los establecimientos de hostelería se conciben como proveedores de servicios personales. Esto se percibe especialmente en personas que no quieren usar servicios institucionalizados y quieren sentirse más autónomos, por lo que acuden a la hostelería para comer o encargar para casa.
5.- Favorecen la cohesión social y la integración: La hostelería de proximidad teje a diario puentes hacia la inclusión social. Crea una micro sociedad con clientes de todas las características. En estos establecimientos se diluye el componente de clase y se trata de una actividad que favorece la inserción sociolaboral y ofrece oportunidades para el empleo o la actividad empresarial.
LA ESPAÑA VACIADA (O LLENA…) DE BARES. Por último, los datos del estudio aportan un análisis pormenorizado mediante un mapeo de municipios, sobre la población que vive hoy en día sin establecimientos hosteleros de proximidad en su localidad. Concretamente en España sólo el 0,3% de la población (142.781 personas) vive en algún municipio sin bares o establecimientos hosteleros de proximidad. De los 8.131 municipios que hay en España, el 17,7% carecen de hostelería (1.435), con un tamaño medio inferior a 100 habitantes. No se ha identificado ningún municipio mayor de 500 habitantes sin bares o establecimientos hosteleros de proximidad.
Castilla y León concentra casi la mitad de la población que vive en municipios sin bares (70.441 habitantes), donde el 3% de la población de la comunidad vive sin ningún local de hostelería de proximidad en su municipio. En el otro extremo hay cinco CCAA en los que todos sus municipios cuentan con estos servicios: Baleares, Canarias, Galicia, Madrid y Murcia. Además, 35 de las 50 provincias tienen algún municipio sin bares de proximidad, destacando Burgos, Salamanca y Zamora. Hay otras ocho provincias que superan los 5.000 habitantes en municipios sin bares: Navarra, Lleida, Huesca, Valladolid, Palencia y León.
El estudio concluye en que la carencia de bares en una localidad limita las oportunidades de desarrollo personal y cohesión social. Los bares son los últimos reductos contra la despoblación, por ser un servicio nucleador de la vida colectiva. Y señala la importancia de iniciativas que permiten mantener abiertos estos establecimientos en municipios con escaso número de habitantes, como son los centros multiservicios, especialmente presentes en provincias como Teruel o Soria.