El lunes pasado cayó Instagram a nivel mundial. Y no lo digo como el que ve caer espontáneamente una gota de lluvia sobre el cristal de una ventana, que es algo más relajante y fortuito. Me refiero a una monumental, como las veces en las que caemos sobre la cama al volver tarde de fiesta y nos tienen que recoger con una excavadora.
A Meta (anterior Facebook y dueña actual de Instagram y Whatsapp) pudo haberle dado un antojo y quiso probar el sabor del cemento. Algo así nos decían de pequeños cuando rozábamos con los labios la dureza del suelo por llevar los cordones sueltos, por correr más de la cuenta o por luchar un balón en el aire.
El día de Halloween se empezaron a eliminar cuentas rápidamente, tanto en España como en medio mundo. La aplicación avisaba con un mensaje que se te borraba tu perfil -sin motivo aparente- pero que podías recurrir la decisión. Puestos a luchar, la gente empezó a mandar recursos y quejas.
Al parecer, Instagram seguía noqueado ya que, al recurrir la decisión, la aplicación se bloqueaba y no dejaba hacer nada más. ¿Qué sucedió? Mudanza general a Twitter y a rajar desde la aplicación azul de un multimillonario el conglomerado multicolor de otro. La situación era algo así como de guerra y confeti.
En unas horas, Instagram volvió en sí, como en Avatar cuando los científicos se conectan a los na’vi. Apañó poco a poco los desperfectos y los usuarios fueron recuperando sus cuentas. No obstante, en valores económicos, esto se suma al 36% de pérdidas que lleva Meta en lo que va de año.
Y es que resulta que los inversores no están contentos últimamente por cómo van las cosas en territorio Zuckerberg: caídas de Whatsapp, Instagram y Facebook, se van encadenando a la pérdida de interés en el metaverso que está creando la compañía, según apunta Business Insider.
Además, el auge de TikTok o el éxodo de algunos usuarios a Telegram, hacen que la compañía esté trabajando continuamente en incorporar nuevas herramientas, arreglar errores en la programación y preparar los servidores para eventos como Navidad. Deben prepararse para los vídeos navideños de las abuelas.