De los fuegos artificiales y la música funk a las lágrimas en los ojos y el pedido de oración: así cambió el clima que se vivía entre seguidores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que se reunieron en la tarde de este domingo en Barra da Tijuca, Río de Janeiro, la cuna política del excapitán del Ejército, mientras avanzaba el recuento del balotaje y le daba ventaja al líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva.
En un primer momento, mientras los resultados que iba actualizando el tribunal electoral mostraban a Bolsonaro en la delantera, el ambiente en uno de los barrios más privilegiados de Río de Janeiro era de festejo.
Fuegos artificiales, cervezas en las manos y música por altoparlantes de un pequeño camión con una pantalla gigante detrás se veían sobre la avenida Atlántica, la única que separa los condominios y edificios de lujo del mar.
En torno a las 18.45, Lula pasó al frente con el 50,01 % de los votos frente al 49,99 % de Bolsonaro y el 67% de votos escrutados y la atmósfera cambió. Desde el camión, quien animaba la convocatoria pidió que todos se tomarán de las manos y dijeran «va a salir bien».
También se tranquilizaban con frases como «ya terminó el recuento en el nordeste», región con mayoría a favor del Partido de los Trabajadores (PT), como insinuando que el espacio de Lula ya no podía aumentar su caudal de votos.
Los seguidores insistían con la idea de «fraude» antes de ver consolidada la tendencia. Con lágrimas en los ojos escuchaban los mensajes de consuelo.
«Hay que esperar a ver qué dice el Presidente, si quiere que salgamos a la calle o no«, dijo a Télam Alexis Luiz, de 46 años, luego de arrodillarse.
Su amigo no dijo su nombre, pero dijo que estaba seguro de que puede haber fraude.
La bandera brasileña y sus colores inundaron el barrio, donde muchos seguían el recuento de votos con bebidas en una mano y sus celulares en la otra.
La narrativa sostenida por el mandatario a lo largo de la campaña de que existe posibilidad de alterar el resultado electoral ha sido repetida por sus seguidores, como el analista en sistema Marcio Bruno, de 51 años, que comentó a Télam que «todo lo que es digital tiene posibilidad de ser alterado, así que puede haber fraude».
La escena de los rezos fue subida a las redes por locales y turistas que recorrían la acomodada zona de Barra de Tijuca.
Los simpatizantes de Bolsonaro también fueron captados por la cámara de los fotógrafos de Télam.