Al comprar un coche se hace una inversión económica bastante considerable. Esto es así aunque sea de segunda mano. Aunque suelen ser mucho más baratos, también se trata de una cantidad de dinero grande. Además, estos vehículos al tener ya una vida útil en su haber deben ser explorados y revisados a profundidad para evitar fallos. Estos son los consejos que se deben seguir.
Investigar y comparar
Si se tiene un modelo concreto en mente, para comprar coches segunda mano Málaga la sugerencia es hacer bien los deberes antes de tomar una decisión. Se debe preguntar y comprobar todo lo que haga falta sobre el vehículo.
¿Por qué? Sencillamente, porque es mejor informarse bien antes de hacer una compra, de modo que se pueda hacer al vendedor las preguntas pertinentes que permita lograr una mejor posición para tomar una decisión informada.
Las respuestas del vendedor pueden aportar información sobre el estado del coche y su verdadero valor de mercado. Con base en esto, se deben buscar otras opciones similares y hacer comparaciones de prestaciones versus precios.
Es concluyente saber si el coche que se pretende adquirir ha pasado por revisión legal o si no lo ha hecho. Así se podrá determinar cuándo pasará por revisión.
El concesionario
Es preferible elegir un concesionario segunda mano Málaga porque estos establecimientos son negocios serios que no comprometen su reputación. Se dedican a la compra venta de vehículos y como tal saben cuándo un coche puede ser reparado para seguir su vida útil y cuándo es un engaño.
Además, estos negocios están al día con las certificaciones y garantizan que un coche posea todos los documentos pertinentes en regla. Así habrá seguridad de que la matrícula o si no pesa sobre este, algún embargo u otra carga similar.
Revisión mecánica
Por muy bien que esté el coche de segunda mano, nunca será igual que los coches km 0 Málaga. Por eso, hay que hacer una revisión exhaustiva de la parte mecánica y técnica.
Pero, esto no será posible sin información o ayuda de un experto. Lo mejor es examinar los niveles de los fluidos como aceite, refrigerante, frenos, etc., para verificar que todo marche como es debido.
Hay que estar atento a posibles fugas y, sobre todo, a posibles grietas o hilos sueltos en la correa de distribución u otros mecanismos del vehículo.
Lo aconsejable es llevar el coche a un taller mecánico para que lo examinen y lo estudien con las diversas máquinas de medición para buscar posibles problemas. Es posible que esto cueste algo de dinero, pero garantizará la inversión hecha en el coche a largo plazo.
No es mala idea echar un ojo al estado del sistema de escape y a cualquier posible óxido. No hay que olvidar tampoco revisar los filtros de aceite y de aire.
Si el modelo tiene tapa de cárter, una mancha en ella puede revelar muchas cosas, desde una fuga hasta un golpe o una operación de llenado con derrame, algo que no es peligroso y es muy normal.
El mecánico es quien podrá mostrar el grado de desgaste de los frenos, discos y otros componentes. Esto es singularmente útil en caso de que se tenga que gastar dinero extra en reparaciones adicionales. Todo esto contribuye a rebajar el coste del vehículo.
Probar el coche
Probar el coche no significa dar un simple paseo alrededor de la manzana. Se trata de algo más difícil y complejo.
Lo mejor es probar el coche a lo largo de un recorrido en carretera. También se debe comprobar cómo funcionan los cambios y el sistema eléctrico en medio del tráfico usual de las ciudades.
En suma, lo que se busca es emular las situaciones rutinarias que se vivirán con el coche en caso de comprarlo. Al conducirlo en un lapso de tiempo considerable se podrán percibir vibraciones o ruidos inusuales.
Girar con él, ir a alta velocidad y estar atentos a cómo suena, cómo actúa la bomba de dirección, los frenos, los chirridos y cómo reaccionan los pedales al tacto permitirán saber el estado de los frenos y el embrague. Ambos mecanismos son cruciales.
