Residentes de una isla griega ayudaron este jueves a rescatistas a sacar del mar a migrantes con sogas desde la cima de acantilados luego de que dos bote se hundieran en aguas cercanas en naufragios que dejaron 21 muertos y numerosos desaparecidos.
La guardia costera de la isla oriental de Lesbos dijo que 16 cuerpos de mujeres africanas jóvenes y un hombre joven fueron recuperados allí después de que se hundiera un bote que transportaba a unas 40 personas.
Diez mujeres fueron rescatadas, y al menos 13 migrantes estaban desaparecidos, dijo la guardia costera.
“Las mujeres rescatadas estaban en pleno estado de pánico, por lo que todavía estamos tratando de averiguar qué sucedió”, dijo el portavoz de la guardia costera, Nikos Kokkalas, a la televisión estatal griega ERT.
“Las mujeres eran todas de países africanos, mayores de 20 años. … Hay una búsqueda tanto en tierra como en el mar y esperamos que los sobrevivientes hayan llegado a tierra”, agregó, informó la agencia de noticias AFP.
Horas antes se produjo otro naufragio, esta vez frente a la isla de Citera, al sur de la península del Peloponeso. La embarcación era un velero que llevaba a unas 95 personas y chocó contra unas rocas, según los guardacostas.
Los cuerpos de al menos cuatro migrantes fueron vistos junto a los escombros flotantes del velero.
Las muertes se registrarían oficialmente cuando se recuperaran los cuerpos, dijeron autoridades.
Algunos de los migrantes pudieron llegar a tierra a nado, y un operativo combinado de buques, bomberos y policías en tierra logró encontrar y rescatar a 80 personas originarias de Irán, Irak y Afganistán, agregaron las autoridades.
En la zona de Citera, las operaciones de rescate se vieron afectadas por las difíciles condiciones climáticas. Los guardacostas informaron de vientos de hasta 102 kilómetros por hora.
Rescatistas del Servicio de Bomberos y los voluntarios locales bajaron cuerdas para subir a los migrantes a tierra desde la cima de acantilados, según imágenes de la TV y fotografías de varios medios griegos.
Los sobrevivientes que se aferraron a las cuerdas fueron llevados a un lugar seguro.
Otros eran azotados por las olas mientras esperaban su turno en pequeñas áreas de roca en el fondo.
El tráfico de migrantes desde la vecina Turquía ha aumentado en el sur de Grecia, debido a que los contrabandistas tratan de eludir el aumento de los controles en el mar Egeo.
Grecia, Italia y España son las principales vías de entrada en la Unión Europea de miles de personas que huyen de África y Oriente Medio en busca de seguridad y mejores condiciones de vida.
La guardia costera griega dijo que rescató a 1.500 personas en los primeros ocho meses del año, por encima de los menos de 600 el año pasado.
Desde enero de 2022, 64 personas murieron intentando alcanzar Europa desde las costas de Turquía, frente a 111 en el conjunto del año 2021, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Grecia ha rechazado los reclamos persistentes de grupos de derechos humanos de que muchas personas han sido devueltas a Turquía sin darles la oportunidad de solicitar asilo.
El presidente Turco, Recep Tayyip Erdogan, que mantiene una fuerte rivalidad con Grecia, afirmó el mes pasado que las «políticas opresivas» de Grecia contra los migrantes estaban convirtiendo el Egeo en un «cementerio».
Del lado de Grecia, su ministro de Migraciones, Notis Mitarakis, respondió esta semana que Turquía está «empujando violentamente a los migrantes hacia Grecia».
Según él, Turquía vulnera así «las leyes internacionales» y un acuerdo migratorio de 2016 entre la UE y Turquía, por el que el bloque concedió ayuda económica a Ankara para que limitara las partidas de migrantes desde su territorio.
Turquía a su vez niega estas acusaciones.
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