El Gobierno del estado de California ha aprobado este jueves suspender a partir de 2035 la venta de vehículos nuevos que funcionan con combustibles móviles, en base, han argumentado, a la necesidad urgente de abordar el cambio climático y reducir la contaminación.
«Es un gran día no solo para California sino para el mundo entero», ha celebrado Lauren Sanchez, asesora climática del gobernador demócrata, Gavin Newsom. Se trata de una histórica medida después de varias décadas de lucha a nivel estatal para frenar la contaminación que producen este tipo de vehículos.
California ha liderado los intentos por regular las emisiones contaminantes de los vehículos dentro de Estados Unidos, desde que la gubernamental Junta de Recursos del Aire de California (CARB) iniciara en la década de los 70 su lucha contra la famosa niebla tóxica amarilla tan frecuente en el paisaje del estado.
El Congreso de Estados Unidos autorizó a California a establecer sus propias reglas bajo la llamada Ley Federal de Calidad del Aire en 1966. Aquellas normas han inspirado posteriormente las legislaciones de más de un docena de estados. La medida obliga a los fabricantes de automóviles a eliminar gradualmente la producción de aquellos que funcionan con gasolina y diésel, en favor de otros que funcionen con energías más limpias. Para los expertos, se trata de «la acción más importante y transformadora que haya llevado a cabo haya CARB».
Si los fabricantes no cumplen con la legislación, se les podría multar con hasta 20.000 dólares por cada vehículo que no cumplan con las nuevas condiciones, ha adelantado CARB, informa el diario ‘Los Angeles Times’. El coche eléctrico ha ganando mucha popularidad en California en los últimos años. En 2012, menos del 2 por ciento de los vehículos nuevos que se vendieron eran de este tipo. Sin embargo, en 2018 eran ya el 7 por ciento de la flota que se adquiría y en la actualidad es el 16 por ciento.