La Asamblea de Familiares de Personas Presas de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha elaborado una queja que se ha presentado en el día de hoy a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP) en la que solicitan «medidas para combatir el calor dentro de los centros penitenciarios».
En plena ola de calor, con avisos rojos en Andalucía por temperaturas que superan con los 40º C en Sevilla, Córdoba o Jaén, desde la organización destacan que «con estas temperaturas se hace muy difícil la vida en prisión, siendo imposible conciliar el sueño, realizar actividades o permanecer en el patio». Aunque reconocen que en la mayoría de los centros penitenciarios disponen de sistemas de refrigeración en las zonas de comunicaciones y locutorios, «en algunas prisiones solo disponen de ventiladores o se encuentran averiados, como es el caso de Córdoba, donde entrar al vis a vis es, según transmiten los propios familiares, como entrar a una sauna».
Igualmente, la organización ha puesto en conocimiento de la SGIP que las familias también reclaman «medidas para evitar la exposición al calor en los patios, puesto que algunos patios no disponen de zonas de sombra, como es el caso del patio del módulo de aislamiento de Sevilla II». No obstante, aun disponiendo de zonas de sombra, desde la entidad andaluza advierten que «la temperatura es tan alta que se hace imposible permanecer en los patios de hormigón, poniendo en riesgo la salud de las personas presas expuestas a sufrir un golpe de calor». Por tal motivo, han solicitado que se otorguen permisos «para que los internos e internas que lo soliciten puedan permanecer en sus celdas en las horas de más calor, así como que se modifique el horario de patio a horas con temperaturas más suaves».
Por otra parte, la organización denuncia que muchas familias se han quejado de que los reclusos y reclusas no pueden hacer uso de las cabinas telefónicas, «ya que en las prisiones muchas de las cabinas se encuentran en espacios cerrados y las altas temperaturas que presentan hace que sea imposible hacer uso del auricular».
Por último, la asamblea de familiares reclama «autorización para disponer de sistemas de refrigeración portátiles en las celdas, pues los ventiladores no son suficientes para combatir el calor». Para ello, han solicitado a la SGIP que se autorice su compra mediante demandadero –una compra dentro del sistema penitenciario que realiza para las personas internas una empresa externa a la prisión- o bien que se autorice a los familiares a hacer entrega de estos a las personas privadas de libertad que lo soliciten.
La APDHA argumenta que la normativa penitenciaria estatal establece que la SGIP debe velar por que tanto en las dependencias destinadas al alojamiento nocturno de las personas privadas de libertad, como aquellas en que se desarrolle la vida en común, deben estar acondicionadas de manera que la ventilación y temperatura se ajusten a las mínimas condiciones de habitabilidad. Una garantía que, tal y como concluye la APDHA, «está en entredicho, debido tanto a la situación en la que se encuentran muchos centros penitenciarios como a la crisis climática que provoca estas altas temperaturas».