Por: Estefanía González.
Entre los participantes en la actividad de meditación por el BUM se encontraron personas de distintas culturas, edades y procedencias, con un objetivo común: el afán y el anhelo de que los antiguos terrenos de Repsol pasen a ser, por completo, una zona verde arbolada en medio del mar de cemento y asfalto que componen los distritos de Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz, los dos más densamente poblados de la capital.
Es la primera ocasión que se organiza una actividad de meditación (a lo largo del año se suelen hacer diversas actividades relacionadas con la naturaleza). La fecha se eligió teniendo en cuenta el influjo de la luna llena y las fuerzas asociadas a ella para aprovecharlas a favor de que el Bosque Urbano de Málaga sea una realidad. La meditación estuvo acompañada por la música de Eli Anai, quien con su participación mostró su solidaridad con el proyecto.
Es una muestra de apoyo a la plataforma del Bosque Urbano Málaga, y una evidencia más de que los terrenos son un punto de encuentro, esparcimiento y actividades para los vecinos de Málaga.
Durante la meditación se dejó claro que nadie está en contra del progreso de la ciudad, más bien de que este sea equilibrado, y así evitar el colapso urbanístico en estos dos distritos de la ciudad. «Por esto creemos que el bosque urbano es un punto de inflexión en el camino hacia la concienciación social sobre el medio ambiente». Los árboles son sostenedores de la Tierra, y a su vez, contenedores de vida, por esto, y en este momento que vivimos más que nunca queremos, y necesitamos como ciudad, un Bosque Urbano en dichos terrenos.
Todas las grandes ciudades ofrecen a sus habitantes amplios espacios verdes de esparcimiento y contacto con un entorno natural. La capital malagueña tiene un ratio de zona verde alarmante, según la recomendación de la OMS. Estamos muy lejos de Sevilla y más aún de Madrid.
Este encuentro, que se repetirá a lo largo de los próximos meses, quiere igualmente poner de manifiesto esta carencia para los habitantes de la ciudad.
Para los vecinos de estas barriadas, como señalaron algunos de los participantes, es incongruente y vergonzoso que la alcaldía haga oídos sordos a esta propuesta y por otro lado promueva el proyecto de una ciudad sostenible para el 2027, una ciudad con un espacio verde por habitante de 1,66 Km2 por habitante (Madrid 50,23 km2 y Sevilla 7,77 Km2, la recomendación de la OMS es de 10 a 15Km2 por habitante). Esta es una asignatura pendiente muy importante para la ciudad de Málaga.
A esto debemos sumar el bienestar que las zonas arboladas proporcionan a las personas un estado de paz y serenidad. En un estudio de la universidad de Chiba en Japón, se comparó el efecto de caminar 15 minutos por un bosque y por un entorno urbano, en todos los casos se pudo comprobar que las personas que caminaron por los bosques experimentaron menos ansiedad, que las que lo hicieron por la ciudad.
Otro estudio realizado en Polonia destacó que los árboles, aunque pierdan su hoja en invierno, hacen sentir bien a las personas. Es evidente, y todos podemos experimentar, que los árboles tienen efectos positivos sobre el cuerpo y la mente.
«No debemos olvidar que nosotros somos en primer lugar naturaleza y no entes capitalistas. Si ponemos en el centro de los intereses sociales el bienestar integral de todos y cada uno de los habitantes de nuestra ciudad, es claro que son los propios interesados los que deben decidir que hacer con esos terrenos.»
Plantar árboles es plantar semillas de Paz y esperanza. Como escribía Kahlil Gibran “los árboles son poemas que la tierra escribe al cielo”
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