La ONU advirtió este lunes que la humanidad está a “un error de cálculo de la aniquilación” atómica, un riesgo que “no se veía desde el apogeo de la Guerra Fría”, al inaugurar la conferencia del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), en la que Estados Unidos pidió a Rusia y China entablar conversaciones sobre el control de esas armas y el Kremlin afirmó que no puede haber ganadores en una guerra nuclear.
«Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora, pero la suerte no es una estrategia ni un escudo para impedir que las tensiones geopolíticas degeneren en conflicto nuclear», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, durante la décima Conferencia de Revisión del TNP.
«Hoy, la humanidad está a un malentendido, a un error de cálculo de la aniquilación nuclear», advirtió, e instó al mundo a «que se deshaga de sus armas nucleares».
Asimismo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a Rusia y China entablar conversaciones sobre el control de armas nucleares, y afirmó que Moscú tiene esa responsabilidad desde su invasión a Ucrania iniciada en febrero pasado.
Biden afirmó que está dispuesto a «negociar rápidamente» un texto que sustituya el Nuevo START, el tratado que limita el armamento nuclear intercontinental de Estados Unidos y Rusia, y que expira en 2026.
«Rusia debe demostrar que está dispuesta a reanudar los trabajos sobre el control de armas nucleares», sostuvo Biden en un comunicado divulgado antes de las discusiones en la ONU.
En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, imputó durante la conferencia a Rusia por participar en «ruido de sables nucleares imprudentes y peligrosos».
«No hay lugar en nuestro mundo para la disuasión nuclear basada en la fuerza, la intimidación o el chantaje», agregó.
«Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora. Pero la suerte no es una estrategia ni un escudo para impedir que las tensiones geopolíticas degeneren en conflicto nuclear»António Guterres
Blinken aseguró que Washington solo consideraría el uso de armas atómicas en circunstancias extremas, y criticó a Moscú por usar la planta nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, como escenario para ataques contra las fuerzas ucranianas, según la agencia de noticias Europa Press,
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que no puede haber «ganadores» en una guerra nuclear, que «nunca debe desencadenarse», y abogó por «una seguridad igual e indivisible para todos los miembros de la comunidad internacional», según la agencia Sputnik.
«Como Estado parte del TNP y uno de sus Estados depositarios, Rusia sigue sistemáticamente la letra y el espíritu del tratado», aseguró el mandatario, y añadió que los acuerdos bilaterales con Washington sobre reducción y limitación de armamento «se cumplieron», según la agencia AFP.
Para Putin, se trata de un «acuerdo clave» que redunda «en beneficio de los países nucleares y no nucleares».
Además, especificó que los Estados que cumplen los requisitos del TNP deberían tener derecho a acceder al uso pacífico de la tecnología nuclear sin ninguna condición adicional y reconoció la «importancia al sistema de garantías del OIEA».
Los representantes los 191 países firmantes del TNP iniciaron este lunes en la sede de la ONU la reunión que se extenderá hasta el 26 de este mes, para examinar el tratado, vigente desde hace más de medio siglo y cuyo objetivo es evitar el despliegue de armas nucleares y tecnología armamentística, promover la cooperación para el uso de energía nuclear con fines pacíficos y alcanzar la meta del desarme.
Las naciones sin armas nucleares prometieron no adquirirlas, mientras el Reino Unido, China, Francia, Rusia (entonces la Unión Soviética) y Estados Unidos, que sí las poseían, acordaron negociar para eliminar sus arsenales algún día.
Todos respaldaron el derecho de todos a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
India y Pakistán, que no firmaron el TNP, desarrollaron bombas atómicas, igual que Corea del Norte, que ratificó el pacto pero luego anunció que se retiraba, mientras se cree que Israel, que no es signatario, tiene un gran arsenal nuclear que no confirma ni niega.
Abierto a la firma en 1968, entró en vigor en 1970 y desde entonces es la piedra angular del régimen mundial de no proliferación nuclear.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena y actualmente dirigido por el argentino Rafael Grossi, se encarga de supervisar y hacer cumplir esas promesas.
Si bien el TNP pudo tener un papel de contención, las metas marcadas por el propio tratado están aún muy lejos de ser alcanzadas ya que en la actualidad hay más países poseedores de armamento nuclear que en el momento de la entrada en vigor.
Estados Unidos y Rusia solo tienen un tratado restante que restringe sus armas nucleares y estuvieron desarrollando nuevas tecnologías.
El año pasado, el Reino Unido elevó un límite autoimpuesto a sus reservas de armas atómicas, mientras China advirtió que se encuentra modernizando -según Estados Unidos, expandiendo- el que es el tercer arsenal nuclear más grande del mundo.
En Beijing, el vocero de la cancillería china, Zhao Lijian, dijo que su país quería trabajar para mejorar la gobernanza nuclear global y defender el orden internacional, y sostuvo que «salvaguardará firmemente los intereses y derechos legítimos de seguridad y desarrollo de China y el mundo en desarrollo».
La cantidad total de armas nucleares en todo el mundo se redujo en más de 75% desde un máximo a mediados de la década de los 80, en gran parte debido al final de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la disuelta Unión Soviética.
Pero los expertos estiman que quedan unas 13.000 ojivas en todo el mundo, la gran mayoría en Estados Unidos y Rusia.
La reunión -prevista originalmente para abril y mayo de 2020 y aplazada debido a la pandemia de coronavirus- tiene como objetivo generar un consenso sobre los próximos pasos, pero las expectativas son bajas para un acuerdo sustancial.
Finalmente comenzó luego de que el conflicto en Ucrania iniciado en febrero pasado con la intervención rusa renovara los temores a una confrontación nuclear o a un accidente en alguna de las tantas centrales atómicas ucranianas y aumentara la urgencia de tratar de reforzar el tratado.
La Argentina está representada por el canciller Santiago Cafiero.
Sin embargo, Ucrania no es la única fuente de preocupación, pues Corea del Norte da muestras de estar preparando su primera prueba de armas nucleares desde 2017 y aún está pendiente la renovación del acuerdo destinado a controlar la actividad atómica de Irán, firmado en 2015 y desactivado en 2018, tras el retiro de Estados Unidos.
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