Un equipo del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), la Universidad Rovira i Virgili (URV), el Hospital Universitario Joan XXIII, el Hospital Vall d’ Hebron y el CIBERDEM ha descubierto una nueva característica relacionada con el tejido adiposo (también conocido como grasa corporal) de las personas que sufren la enfermedad de Crohn que podría abrir nuevas vías para el seguimiento y tratamiento farmacológico de la patología.
En concreto, los grupos de investigación DIAMET e IBODI del IISPV, responsables de liderar este estudio, han encontrado que, en estos pacientes, el tejido adiposo de la mucosa intestinal (la parte que tienen más dañada) experimenta un proceso de conversión (browing) en su color, pasando de ser blanco a ser beige. Este tipo de tejido adiposo beige es común en los bebés, pero se va perdiendo a medida que crecemos. Además, en varios modelos animales se ha constatado que tenerlo aumentado protege al organismo ante la obesidad, la diabetes o enfermedades inflamatorias, y, por tanto, es beneficioso para la salud.
Otro de los descubrimientos de este grupo es que un aumento de la temperatura abdominal en pacientes con esta enfermedad activa puede ser un indicador de una mayor presencia de este tejido adiposo beige. Así, a través de una termografía se puede visualizar este aumento de la temperatura y, por tanto, los investigadores sugieren utilizar esta herramienta para el seguimiento y tratamiento farmacológico de la enfermedad.
Según han explicado los expertos, este fenómeno de la conversión del color de la grasa blanca a beige se conoce en el lenguaje científico como ‘browning‘ y, tal y como se desprende en el estudio, en el caso de los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn habría dos escenarios que podrían desencadenarlo: el primero es el aumento de un metabolito que producen las bacterias intestinales (la microbiota) llamado succinato. Esta circunstancia en sí misma constituye un indicador para el diagnóstico de la enfermedad de Crohn.
El segundo desencadenante sería la presencia de ciertas bacterias presentes en esa grasa. Previamente, el grupo DIAMET había demostrado que en el caso de los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn, las bacterias de la microbiota del intestino se esparcen debido a la gran permeabilidad de sus paredes.
Precisamente, una de las funciones de la grasa que rodea el intestino de estos enfermos de Crohn es proteger al propio cuerpo para que estas bacterias no terminen en el torrente sanguíneo, lo que podría acabar causando una sepsis (una infección extrema que puede ser mortal).
«En este trabajo hemos visto que una infección por bacterias también causa la conversión de tejido blanco a beige modificando las células madre de la grasa a un fenotipo beige», ha detallado la investigadora del CIBERDEM y responsable del grupo DIAMET del IISPV, Sonia Fernández. Por otra parte, la primera autora del artículo, Diandra Monfort, ha informado de que el aumento de este tejido adiposo beige podría ser la estrategia que tiene el organismo para combatir la inflamación en este tejido y para recuperarse.