La salmonelosis ha pasado al primer plano de la actualidad. A principios del mes de abril, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ordenó retirar una serie de lotes de una conocida marca de chocolates procedentes de Bélgica tras detectar un brote de toxiinfección alimentaria causada por ‘S. Typhimurium monofásica’ o salmonelosis en varios países europeos.
Actualmente ya se han identificado más de 180 casos en 11 países europeos, entre ellos España.
El primer punto a tener en cuenta es que las bacterias están por todas partes, incluidas aquellas que, como la salmonela, la listeria o la Escherichia Coli, afectan a la seguridad de los alimentos que ingerimos. En algunos casos pueden causar problemas muy graves, incluso la muerte, por lo que no es un asunto para tomarse a la ligera. Entre los principales
síntomas destacan los vómitos y náuseas, diarrea, calambres abdominales, fiebre, escalofríos o sangre en las heces.
- · Muchas son las causas que pueden ocasionar o contribuir a la contaminación de los alimentos. Una de ellas es la rotura de la cadena de frío. Este procedimiento requiere mantener un control exhaustivo y riguroso de la temperatura de los alimentos durante todo el circuito de producción y logístico: desde que se produce ese alimento hasta que llega al punto de venta. Esto incluye el tratamiento de la materia prima, transporte, procesamiento, proceso de packaging, almacenamiento, distribución, almacenamiento en el punto de venta y traslado hasta el punto de consumo (por ejemplo, una gran superficie). Si se rompe la cadena del frío, la actividad microbiana se reanuda y crece el riesgo de intoxicaciones.
- · Otra de las posibles causas es una manipulación deficiente de los alimentos, lo cual incluye al menos tres factores: una escrupulosa higiene personal, un buen mantenimiento de limpieza de los equipos que se utilizan y unas excelentes condiciones de mantenimiento de los espacios en los que tiene lugar la manipulación.