Cruentos combates se registraban este viernes en el este y el oeste de Ucrania en lo que parecían ser algunos éxitos en términos militares de parte de las fuerzas invasoras rusas, mientras el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, acusaba al gobierno ucraniano de «retrasar» las negociaciones para poner fin al conflicto.
Durante una conversación con el canciller alemán, Olaf Scholz, Putin estimó que los dirigentes ucranianos tienen pedidos «que no son realistas».
«El régimen de Kiev busca por todos los medios retrasar el proceso de negociaciones, presentando propuestas que no son realistas», explicó a su vez el Kremlin en un comunicado que resume la conversación entre los dos dirigentes, de acuerdo con reseñas de las agencias de noticias Sputnik y AFP.
Las fuerzas rusas intensificaron su asalto a las ciudades ucranianas con nuevos ataques con misiles y bombardeos en los límites de la capital Kiev y la ciudad occidental de Lviv, limítrofe con Polonia, país que en los 23 días que lleva la guerra ya recibió más de dos millones de refugiados ucranianos, según las autoridades polacas en la frontera.
Por otra parte, el ejército ruso y sus aliados separatistas de la región del Donbass combatían en el centro de Mariupol, una ciudad portuaria sitiada del sureste del país, anunció el Ministerio ruso de Defensa.
«En Mariupol, las unidades de la (autodenominada) República Popular de Donetsk, con el apoyo de las fuerzas rusas, estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad», indicó el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov.