Pedro Arriola, histórico asesor del Partido Popular y gurú sociológico de los expresidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy, ha muerto a los 74 años de edad como consecuencia de una enfermedad degenerativa que arrastraba desde hace pocos años.
Fuentes populares confirmaron a Servimedia el fallecimiento del que también era marido de Celia Villalobos, exministra de Sanidad y exalcaldesa de Málaga. Arriola, que nació en Sevilla en 1948, era sociólogo y experto en encuestas. Comenzó a trabajar con Aznar como asesor cuando fue presidente de la Junta de Castilla y León. A partir de ahí, fue ganando influencia hasta poco después de las elecciones de 2000 en las que el PP alcanzó por primera vez la mayoría absoluta.
Gozó de menos protagonismo en la última etapa de Aznar en La Moncloa pero la recuperó tras la elección de Mariano Rajoy como sucesor. Con el político gallego mantuvo una gran cercanía, también en el plano personal.
Con sus consejos demoscópicos y estrategias fue determinante para centrar la imagen del PP en la segunda etapa de Rajoy en la oposición y poder ganar con mayoría absoluta en las elecciones generales de finales de 2011.
EL CENTRO Y LA LLUVIA FINA
Arriola tenía una obsesión política por el centro y por la moderación, según destacan a Servimedia fuentes populares que trabajaron cerca de él durante muchos años, aunque siempre trabajó de forma externa al partido.
Fue responsable de la estrategia de «lluvia fina» que tenían los gobiernos de Aznar para hacer propaganda de sus reformas de forma paulatina pero constante con el convencimiento de que así es más efectiva porque acaba calando.
Cuando aparecían temas adversos, solía recomendar a los políticos que mantuvieran un perfil bajo y estuvieran callados, pensando que así acabarían pasando los problemas o cayendo en el olvido.
Aunque también se le atribuye la mítica frase de Aznar en la oposición «Váyase, señor González», las fuentes consultadas aseguraron a Servimedia que aquella expresión es original de Miguel Ángel Rodríguez, actualmente director del Gabinete de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.
INFLUYENTE EN LA SOMBRA
Arriola no pertenecía al partido pero durante muchos años jugó un papel clave en las decisiones que tomaban sus líderes porque trataba directamente con ellos, aunque esporádicamente también participaba en algunas reuniones territoriales para orientar en la estrategia a los barones.
Ese poder en la sombre le hizo ganarse también muchos detractores dentro de las filas populares, quienes le culpaban de provocar cambios de opinión y giros en la estrategia sin pertenecer al PP ni jugarse un cargo público en los comicios.
Con la última renovación del partido en 2018, cuando Pablo Casado tomó las riendas del PP nacional tras la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rahoy, Arriola salió de la sede nacional de Génova y dejó de ejercer su histórico papel.
El proceso de renovación interna impulsado por Casado también sacó de la política a su mujer, Celia Villalobos, que a principios de 2019 anunció que dejaba la primera fila después de 33 años seguidos ejerciendo diversos cargos públicos.
PRONÓSTICO SOBRE PODEMOS
A partir de este momento, las apariciones públicas de Arriola se circunscribieron a comparecencias en calidad de presidente del Instituto de Estudios Sociales para analizar el panorama demoscópico español.
De hecho, en una de sus últimas incursiones públicas, en 2019, se preguntó quién fue “el imbécil” que montó la concentración en la madrileña plaza de Colón y en la que se hicieron la foto juntos PP, Ciudadanos y Vox. Aquel acto fue el preludio de la campaña de las primeras elecciones generales de aquel año, en las que Pedro Sánchez ganó en las urnas y el PP de Pablo Casado obtuvo el peor resultado de su historia.
El exasesor del PP también afirmó en aquella intervención, al presentar en un encuentro informativo de Nueva Economía Fórum al director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que “no» era «de recibo” la oleada de críticas que estaba recibiendo José Félix Tezanos, un “pionero” de la sociología en España.
Anteriormente, otra de sus sonoras polémicas se produjo con la irrupción de Podemos. En 2014, tras las elecciones europeas, al tratar de explicar el alto apoyo a Podemos en Madrid, enjuició que en la capital estaban “todos los frikis del mundo”. “Los intelectuales como Arriola nos llamaban frikis, pero los ingredientes siguen siendo los mismos: la ilusión frente al miedo”, le contestó el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias.
(SERVIMEDIA)