Granada es una ciudad monumental, cuyo principal atractivo es sin duda “La Alhambra”. Todo visitante es lo primero que quiere conocer o volver a recrear, pero Granada es mucho más y una vez satisfecho ese primer impulso, penetramos en la ciudad, cargada de leyendas, de arte, gastronomía y música… De gentes que han marcado su historia, sus obras y costumbres están grabadas en cada piedra de esta fantástica ciudad.
Un ejemplo de esto es el Sacromonte que pone de relieve la variada geografía granadina, montaña, vega y ríos. Y la rica variedad étnica en la que una vez convivió esta ciudad, árabes, judíos, castellanos y gitanos.
Las “Cuevas del Sacromonte”
Frente a la Alhambra se encuentran las cuevas del Sacromonte, Este pintoresco barrio está constituido por cuevas, dispuestas en torno a barrancos, excavadas en las grutas naturales de la montaña.
Su historia se remonta al principio de los tiempos, ya que se trata de grutas naturales, pero se empiezan a habitar a principios del siglo XV por judíos y moriscos, seguramente tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos.
En el siglo XVI los gitanos se asentaron en ellas y las ampliaron excavando en la roca y convirtiéndolas en verdaderas viviendas, los lavaderos y aseos eran comunitarios, así como lugares de encuentro, todo esto fue dando origen a este lugar con una influencia que llega a nuestros días.
Al día de hoy las cuevas se han remodelando como residencias y negocios a la vez, siendo un verdadero punto de atracción turística de la ciudad, las más típicas cuentan con un gran salón escenario donde tiene lugar el espectáculo.
Las más famosas son la de Los Tarantos, la Venta del Gallo o la de María la Canastera. Las cuevas de propiedad municipal han sido restauradas y convertidas en museos: Museo Etnológico de la Mujer Gitana o el Museo Cuevas del Sacromonte.
Cuando llega la noche, caminando por sus calles es fácil sentir la presencia de música que flota en el aire y te atrapa con sus palmas…
Zambra o la música andaluza de las cuevas del Sacromonte
Dicen que su origen está en el ritual de las bodas de los gitanos, también al estilo creado por Manolo Caracol para recrear el ambiente moruno de las cuevas del Sacromonte, en todo caso podemos ya ir representando en nuestra imaginación gentes en torno a una hoguera, guitarras y música danzante de flamenco granadino.
El nombre zambra deriva de la palabra árabe zamra (flauta) o zamara (músicos). Suele aparecer citada en la literatura del XVII y XVIII junto a géneros como zapateado, zarabanda y fandango y como género propio de los moriscos de Granada. Muchos de estos, durante las persecuciones del XVII, se unen a las bandas de gitanos que heredan la tradición de la zambra y la recrean en un espectáculo propiamente gitano. La zambra caracolera, muy popular en los espectáculos de los años 50 y 60 del siglo XX, está inspirada en un tipo de música en el que resalta el exotismo tan demandado en la época, evocando el ambiente gitano de las cuevas del Sacromonte.
Cuando el visitante se va de Granada, se lleva consigo el recuerdo de La Alhambra en sus ojos. El sabor, el olor y el calor de la música de las cuevas del Sacromonte.