“The Witcher”, serie basada en la mega vendedora saga literaria homónima del escritor polaco Andrzej Sapkowski sobre un brujo caza monstruos y gran apuesta de Netflix dentro del género de fantasía épica, estrena mañana su postergada segunda temporada.
Comparada a menudo con “Game of Thrones” no solo por sus temas sino especialmente por su ambiciosa escala, la dimensión de su reparto y sus múltiples escenarios, la serie que protagoniza el británico Henry Cavill como el implacable Geralt de Rivia presenta ocho nuevos episodios que amplían el inmenso universo narrativo conocido hasta ahora sin que luzca “como si hubiera sido filmada durante la pandemia”.
La primera temporada de la serie sirvió para plantear las líneas básicas argumentales del intrincado universo de “The Witcher”, sus reinos, luchas políticas y razas, plasmados en las novelas y relatos cortos de Sapkowski que vendieron más de 15 millones de copias en todo el mundo, y luego adaptadas a una serie de videojuegos aún más populares. Sobre el final, Geralt unía su camino con Ciri, la princesa en apuros de cuya crianza tiene la obligación de encargarse.
Convencido de que Yennefer murió en la Batalla del Monte de Sodden, el “Lobo Blanco”, como se lo conoce por su melena plateada, decide llevar a Cirilla al lugar más seguro que conoce: Kaer Morhen, el hogar de su infancia. Allí acecha un peligro mucho mayor que el que suponen quienes la persiguen: el misterioso poder que ella misma lleva dentro.