El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José María Lagarón aseguró este jueves que los niños de 5 a 11 años que se vacunen deberán seguir utilizando la mascarilla, ya que “la vacunación no previene totalmente frente al contagio”.
Desde que la Agencia Europea del Medicamento autorizase la vacuna contra el coronavirus para niños de 5 a 11 años y, aunque aún está pendiente de aprobación en España, una de las preguntas más frecuentes que se han hecho tanto padres como niños es si estos últimos tendrán que seguir utilizando mascarilla tras la vacunación. Según José María Lagarón, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y especialista en materiales de filtración y mascarillas, la respuesta es afirmativa.
“Las vacunas no previenen al cien por cien frente a las infecciones, si bien las personas vacunadas tienen menos probabilidades de ser hospitalizadas o padecer complicaciones serias. Del mismo modo, pueden contagiar a otras personas sin saberlo”, explicó el investigador. Por este motivo, los niños mayores de cinco años que sean vacunados próximamente deberán seguir una serie de recomendaciones, al igual que el resto de la población.
La principal es seguir utilizando mascarillas, sobre todo en lugares públicos cerrados como centros educativos, actividades extraescolares o transportes públicos, y al reunirse con familiares de riesgo en domicilios. Este aspecto es especialmente relevante en las próximas semanas, con las celebraciones navideñas en ciernes y los encuentros con allegados y amigos, sobre todo los de más edad.
Según el Instituto Nacional de Estadística, hay más de tres millones de niños en España con edades comprendidas entre los 5 y 11 años. “La vacuna en esa franja de edad y el mantenimiento de las medidas de prevención, como el uso de la mascarilla en lugares cerrados, ayudarán a reducir la incidencia y disfrutar de unas fiestas más seguras”, aseguró José Mª Lagarón.
Para aumentar al máximo su eficacia, es importante elegir una mascarilla que se ajuste bien a la fisonomía infantil y permita una alta respirabilidad, así el niño no sentirá la necesidad de colocársela ni retirarla. Además, es recomendable utilizar mascarillas FFP2 en interiores para evitar el paso de aerosoles finos y, siempre que sea posible, con filtro viricida que inactive el virus.