La delegada de la Junta de Andalucía en Málaga, Patricia Navarro, ha visitado la zona afectada por el incendio originado el pasado domingo en la zona de Maro, en la localidad malagueña de Nerja, por una quema de rastrojos y ha hecho un llamamiento a la prudencia, recordando que «el decreto de sequía se mantiene vigente por la ausencia de precipitaciones, lo que también afecta a la masa forestal y a todo lo que pueda estar en riesgo ante un posible incendio».
Junto al alcalde de Nerja, José Alberto Armijo; el delegado territorial de Desarrollo Sostenible y responsable del Infoca, José Antonio Víquez; y la alcaldesa pedánea de Maro, Encarnación Moreno, la delegada ha visitado una cooperativa y la zona de invernaderos afectada por las llamas.
«Lo ocurrido aquí es fruto de una imprudencia, pero tiene que servir para que el conjunto de la ciudadanía tome conciencia de la importancia de que, en días de mucho viento, y, sobre todo, sin autorización, se abstengan de hacer quemas de rastrojos o residuos agrícolas, aunque no estemos en periodo de alto riesgo o no esté estrictamente prohibido, pero es algo de sentido común», ha manifestado.
Desde el Gobierno andaluz han recordado que la legislación en materia de prevención y lucha contra incendios forestales establece que la quema de matorral, pastos y residuos procedentes de tratamientos silvícolas, fitosanitarios y otros trabajos forestales, así como para la quema de rastrojos o residuos en labores agrícolas que se realicen en Zona de Influencia Forestal «requieren autorización administrativa motivada, en la que se fijarán las condiciones de ejecución de la quema y que será dictada previa solicitud del interesado».
La delegada ha trasladado su solidaridad a todos los vecinos de Maro afectados, «especialmente a agricultores y empresarios», y ha agradecido el trabajo de más de un centenar de efectivos terrestres del dispositivo del Infoca y otros organismos, como Protección Civil, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Consorcio Provincial de Bomberos, «que han trabajado sin descanso en la extinción del incendio» desde que se originó en la mañana del domingo pasado y que ha arrasado 36,6 hectáreas, de las que 2,6 son parque natural, según la estimación provisional del Infoca.
También ha puesto a disposición de los damnificados y del Ayuntamiento de Nerja la colaboración de la Junta de Andalucía y las ayudas que puedan derivarse especialmente en el ámbito de la agricultura.
Navarro ha subrayado su llamada a la «prudencia, porque toda la vida hemos cerrado el año hidrológico y también el periodo de alto riesgo de incendios en octubre, porque la climatología cambiaba a partir de esa fecha, pero ya no», apuntando que «lo que demuestra este incendio, casi en diciembre, es que el cambio climático es una realidad cada día más palpable que nos afecta y condiciona en todo».
A juicio de la delegada, «las fechas que hasta ahora ponían límite para tomar determinadas medidas o liberar de determinadas restricciones a la población, ya no valen», por lo que ha apelado «al sentido común y al cumplimiento estricto de las normas y de las indicaciones de las autoridades».
De hecho, para la quema rastrojos o basura agrícola hay que disponer de las autorizaciones pertinentes, y quien las tenga debe cumplir igualmente las condiciones que acompañan el pliego de autorización, como que no haya viento, entre otras.
De su lado, el alcalde de Nerja ha anunciado que el presupuesto para 2022 contemplará créditos para ayudar a los agricultores afectados por el incendio, especialmente a aquellos que han perdido su sustento económico. En ese sentido, el director de la Oficina Comarcal Agraria, a petición del alcalde, ha visitado el terreno, con el objetivo de elaborar un informe que identifique a los afectados y valore los daños para articular dichas ayudas.
Asimismo ha pedido a la delegada del Gobierno andaluz que la Junta de Andalucía se implique también activando todos aquellos mecanismos a su alcance para ayudar a los mareños y nerjeños, tanto desde el punto de vista agrícola como también medioambiental, teniendo en cuenta el daño que el fuego ha causado en el paraje natural.