Más de 9 de cada 10 contratos firmados por personas menores de 35 años en España entre enero y septiembre de este año han sido temporales, según el último informe publicado este jueves por Oxfam Intermón.
Bajo el título ‘Tiempo de precariedad’, el trabajo denuncia el despido de trabajadores con contratos temporales como forma de gestionar la incertidumbre económica, y reclama «un acuerdo ambicioso» de cara a la nueva reforma laboral, que «frene esa temporalidad».
En el tercer trimestre de 2021, la organización estima -a partir de los datos de la EPA- que la temporalidad afectará a prácticamente 8 de cada 10 jóvenes asalariados menores de 24 años, tasa cuatro veces superior a la de los mayores de 35.
Ya antes de la crisis de la Covid-19, una de cada tres personas jóvenes asalariadas menores de 35 años estaba en situación de pobreza laboral, subraya el informe. En opinión de Franc Cortada, director de Oxfam Intermón, “la temporalidad en España no es solo excesiva, sino que es hoy peor que hace más de una década».
La duración media de un contrato temporal es de 54 días, mientras que en 2011 era de 69, y agregó que más de la mitad de los contratos de menos de 7 días de duración firmados este año corresponden a menores de 35 años.
«No todo lo podemos justificar por la pandemia, ya que antes de ésta, más de uno de cada cuatro contratos firmados no sobrepasaba la semana de duración” señaló.
Estas cifras sitúan a España como el país de la Unión Europea con mayor tasa de temporalidad, pues este porcentaje casi duplica la media comunitaria para 2020 y supera en 5 puntos porcentuales a Portugal, el segundo en la lista. «La anómala temporalidad del mercado español condena a quienes la padecen a vidas más inestables y con menos ingresos», indicó Cortada.
En España, las personas jóvenes son, junto con la infancia, el grupo de edad en mayor riesgo de pobreza y exclusión social. De hecho, Cortada subrayó que «una de cada cuatro personas menores de 30 años vive por debajo del umbral de pobreza en nuestro país«. «Detrás del problema se esconden un mercado laboral disfuncional y un sistema de protección social que no hace lo suficiente por ellas, que abocan a toda una generación a la precariedad», recalcó.
Soluciones
Según Oxfam, «la precariedad juvenil tiene que ver con el modelo de producción y el uso de la mano de obra ‘low cost’ como estrategia de competitividad», pero “hay medidas desde el ámbito legislativo que podrían ayudar a mejorar la situación”. Por ello, instó al Gobierno a alcanzar «un acuerdo ambicioso en la negociación de la nueva reforma laboral» que frene esta “cultura de la temporalidad”, que no hace sino condenar a la precariedad a las personas más jóvenes”.
«Estamos ante una oportunidad como pocas», declaró Cortada, que defendió «poner coto al uso de la subcontratación y fomentar la flexibilidad interna frente al despido, entre otras medidas que protejan a este colectivo”. En su opinión, la nueva ley debería estipular «un uso excepcional de la temporalidad, lo que pasa por especificar claramente cuándo se puede utilizar y cuándo no». “Esos cambios normativos deberían de ir acompañados de soluciones innovadoras que faciliten el control de la temporalidad abusiva y desincentiven el fraude de ley”, agregó.