La entrevista la realizó Guillem Pujol.
Sergi Raventós se ha dedicado durante más de veinte años profesionalmente en el ámbito de la salud mental como trabajador social. Doctor en sociología por la UAB, es también uno de los miembros fundadores de la Red Renta Básica, desde donde se ha dedicado a explicar y promover los beneficios que comportaría para la gran mayoría de la población la aplicación de una renta básica universal. Esta legislatura, fruto del pacto de investidura entre la CUP y ERC, se constituyó la Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica Universal, y se le ofreció la posibilidad de liderar el proyecto de diseñar e implementar el primer experimento de la renta básica en todo el estado español.
A menudo se presenta la renta básica universal (RBU) como un «derecho a la existencia»: ¿qué significa exactamente?
Esto es muy importante. Antes de hablar del plan piloto o de los distintos experimentos que se están haciendo a nivel mundial en este ámbito es importante entender qué es la renta básica.
¿Qué es la renta básica universal, entonces?
Como idea se puede remontar ya a algunos autores de los siglos XVI y XVII, que, en otras palabras, defendían que una persona necesita unos ingresos para poder existir; unos ingresos que, más o menos, equivalgan al umbral de la pobreza que cubra la existencia material de una persona. Una asignación individual, incondicional y universal para toda persona residente en un territorio, generaría una serie de efectos -muy analizados y estudiados, por otra parte-, que irían mucho más allá que acabar con la pobreza.
¿Cuáles son las tareas y competencias de la Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica Universal que usted coordina?
Nosotros tenemos el reto de diseñar, organizar, planificar y posteriormente implantar el Plan Piloto de la Renta Básica. Es un trabajo que llevará tiempo. Primero deberemos elaborar una muestra de población, que distinguirá entre grupos de edad y grupos sociales a los que queramos que llegue esta renta incondicional. Después, una vez que tengamos los resultados, los compararemos con las rentas condicionadas que conocemos. A partir de aquí deberemos ver cómo implementar un sistema de renta básica universal.
¿Significa esto que las competencias de la oficina no son sólo propositivas, sino ejecutivas? Es decir, ¿tendrán capacidad, no sólo para diseñar el plan, sino implantarlo?
El encargo que tenemos por ahora es el de diseñar el Plan Piloto, ejecutarlo y evaluarlo. Luego el gobierno tendrá que analizar los resultados y ver si invitan a avanzar hacia un sistema de renta básica universal.
Hacer una RBU a Catalunya es algo muy complicado, aunque no imposible
¿Cuál es el calendario que tienen entre manos?
Queremos organizar todo el diseño y la planificación del plan piloto durante el 2022. A finales del 2022 nos gustaría empezar a ejecutarlo, pero si no llegamos será en el 2023 y 2024. Durante los primeros meses de 2025, haríamos su evaluación.
Ha comentado que el Plan Piloto distingue entre grupos de edad y por franjas sociales. ¿Hay que entender entonces que no se trataría de una renta universal, ya que no se les daría a todos los ciudadanos independientemente de su edad o renta?
Debe quedar muy claro que un plan piloto no es una aplicación de una renta básica en todo el territorio y población, en este caso, Catalunya. Un plan piloto, o experimento de renta básica como los que se han hecho y se están realizando en todo el mundo, son experimentos que tienen una serie de particularidades y limitaciones. Lo que podemos hacer, por ahora, es tomar una muestra que sea representativa del tejido social y económico catalán y ver qué resultados obtenemos. Si son positivos, que yo pienso que lo serán, deben servir para avanzar hacia la aplicación de una renta básica universal a toda la población.
En el hipotético caso de que los resultados del experimento fueran positivos y hubiera la voluntad política de sacar adelante una renta básica universal en Catalunya, ¿sería posible legal y económicamente?
Realizar una RBU en Catalunya es algo muy complicado, aunque no imposible. Es evidente que no disponer de un estado propio con capacidad de tributación fiscal complica enormemente. Ahora bien, si quisiéramos aplicar la RBU aquí en Catalunya deberían darse unos pasos importantes que harían falta de grandes consensos a escala política y social. Si se hicieran todo un conjunto de cosas a la vez, podríamos llegar a conseguir algo similar a una renta básica.
¿Cómo debería hacerse?
Si tuviéramos la capacidad de reducir y limitar todas las prestaciones existentes en una renta básica, y aumentamos determinados impuestos como el impuesto de sucesiones o el impuesto de patrimonio, podríamos avanzar hacia una renta básica. Pero es evidente que existe un conjunto de aspectos que podrían entrar en colisión con el sistema jurídico español, como, por otra parte, ya estamos acostumbrados a ver constantemente.
La oficina se ha creado esta legislatura fruto del acuerdo de investidura y el pacto entre la CUP y ERC. ¿Significa que estas dos fuerzas estarían a favor de implementar una RBU?
Me consta que tanto dentro de ERC como de la CUP se ha ido evolucionando positivamente hacia una renta básica, y que hoy en día son dos organizaciones políticas favorables a su implementación.
Aun así, la CUP no está dentro del gobierno, pero Junts per Catalunya sí está ahí: ¿cuál es la posición de Junts respecto a la renta básica?
Desconozco la posición de Junts per Catalunya. Supongo que habrá sectores dentro de Junts que la miran de una manera crítica, y otros que pueden ser favorables. No voy a decir nombres para no comprometerlos, pero me consta que hay gente dentro de Junts que históricamente se han posicionado a favor.
Hay quien dice que lo que realmente necesita la gente es un trabajo que le permita obtener estos ingresos.
Éste es el debate desde hace muchos años: ¿trabajo o ingresos? Yo creo que cada vez está quedando más claro que el trabajo es un bien más escaso y de menor calidad para la gran mayoría de la población. De entrada, las tasas de paro son elevadas. La precariedad en el mercado laboral es algo manifiesto. A todo esto hay que sumarle algo tan extraordinario como preocupante, que es el porcentaje de población que es pobre a pesar de tener un trabajo. Por lo tanto, el trabajo ha dejado de ser una garantía de ingresos como la que existía hace cincuenta años.
Vamos con las críticas: una de ellas dice que la renta básica desincentivaría la voluntad de trabajar, lo que contribuiría a hacer el sistema insostenible al disminuir la contribución a las arcas públicas.
Es una de las críticas recurrentes. Yo pienso – y todos los estudios realizados hasta fecha de hoy así lo corroboran -, que la renta básica no colisiona con que la gente quiera dejar de trabajar. La diferencia es que trabajaríamos en mejores condiciones, y quizás trabajaríamos menos horas, lo que ayudaría a repartir más los trabajos, y, en el caso de España, esto tendría un efecto positivo en la reducción del paro. Ésta es una crítica que, de entrada, no tiene un apoyo empírico si nos atenemos a los experimentos o encuestas realizadas. Debe tenerse en cuenta, por otra parte, que la cantidad de la renta básica que estamos hablando estaría entre los 800 € o 900 € mensuales, hecho que tampoco invita a hacer determinadas cosas teniendo en cuenta los precios de los alquileres y productos en general.
¿Entonces cree que no tendría ningún efecto sobre el mercado de trabajo?
No exactamente. Lo que sí podría ocurrir es que en determinados trabajos que hoy en día están muy mal pagados y que se han demostrado muy importantes durante la pandemia, como podrían ser las trabajadoras de la limpieza, de la alimentación, o del ámbito sanitario se revalorizaran.
Otra crítica muy común dice que si se diera un ingreso incondicional a todo el mundo tendría repercusiones macroeconómicas inmediatas en forma de inflación de los precios.
Es importante tener claro, porque a veces esta crítica se hace desde el desconocimiento, y otras, desde la mala fe, que para financiar la renta básica no se crea dinero nuevo, sino que se distribuye el existente. Una distribución que implicaría, evidentemente, grabar más a los ricos para que pudiera revertir a la gente más necesitada. No debe tener efectos en la inflación. Al mismo tiempo, la renta básica no es incompatible con una política por parte de los gobiernos para controlar, por ejemplo, los precios de los alquileres, de la alimentación, de la energía, etc. De hecho, la renta básica debería ir acompañada de otras medidas para evitar que esto no se produjera.
La última crítica, que quizá sea más sutil o silenciosa, es la que prevé que quienes más oposición podrían mostrar a una renta básica son sectores de la administración pública, de los sindicatos y del tercer sector, que verían su trabajo amenazado, ya que la implementación de una renta básica supondría la eliminación de todas las subvenciones y ayudas condiciones inferiores al valor de la renta básica, lo que tendría un impacto directo en ciertas funciones administrativas que dejarían de ser necesarias.
Éste es un aspecto importante que no carece de razón. A veces hemos visto cierta susceptibilidad e inquietud cuando hemos hablado con determinados sectores como los que has citado. De entrada yo diría lo siguiente: espero que todos concibamos que el objetivo fundamental sea acabar con la pobreza y reducir las desigualdades. Esto debe pasar por encima de cualquier otro interés que pueda haber. Dicho esto, entiendo que si hay preocupación por parte de estos sectores, debemos buscar la manera para que se entienda que todo el mundo saldría ganando y que, además, esta gente podría realizar otras tareas que pueden ser mucho más necesarias.
El Papa Francisco se pronunció hace unas semanas que estaba a favor de una renta básica universal. Es evidente que la popularidad de la propuesta va en aumento. ¿Cree que la renta básica será la nueva política que sustituya o arregle las carencias de los estados del bienestar?
Creo que la renta básica formará parte, junto a otras políticas, de un debate cada vez más intenso y necesario. Debemos avanzar hacia esta dirección. Cualquier persona que analice los datos de los estados del bienestar verá que las actuales prestaciones no logran terminar con la pobreza ni reducir determinados índices de pobreza estructural que la renta básica, por definición, eliminaría. Que autoridades como el Papa, como la ONU, o como el Financial Times consideran que la renta básica es una propuesta que hay que poner sobre la mesa muestra junto con otras políticas cómo aumentar los impuestos a la gente más rica, pienso que es un claro indicador de esa popularidad creciente. Más que nada que si no lo hacemos pronto nuestras sociedades colapsarán. Yo espero y deseo que la renta básica universal sea una realidad en los próximos tiempos.