Según un estudio de la Fundación Línea Directa
Los jóvenes españoles de 18 a 29 años se han convertido en el grupo de edad con la menor tasa de mortalidad entre los automovilistas, que ha descendido un 41% en la última década y pese a ser el colectivo con peor imagen entre el resto de conductores.
Ésta es la principal conclusión del estudio ‘Los jóvenes, ¿un problema para la seguridad vial? Accidentalidad vial de los jóvenes de 18 a 29 años (2010-2019)‘, elaborado por la Fundación Línea Directa y presentado este lunes en una rueda de prensa telemática por la directora general de esta entidad, Mar Garre.
El estudio, elaborado en colaboración con el Centro Zaragoza, se basa en datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la compañía Línea Directa Aseguradora, e incluye una encuesta con 1.700 entrevistas realizadas por MDK a conductores habituales entre el 27 de septiembre y el 1 de octubre de este año.
Pese a que los jóvenes son conductores peor valorados por el resto de grupos de edad (entre el 66% y el 70% de los automovilistas de 30 años o más piensan que son imprudentes), su tasa de mortalidad se sitúa en un 0,5% y es la que más ha descendido, concretamente un 41% entre 2010 y 2019.
Este cambio de tendencia se acentúa si se tiene en cuenta que los jóvenes estuvieron implicados en un 31,4% de los accidentes de tráfico en 1989 (2.185 jóvenes fallecidos), porcentaje que descendió a un 17,7% en 2019 (239 jóvenes muertos). Ese declive ha evitado alrededor de 35.000 muertes en las tres últimas décadas, según la Fundación Línea Directa.
“CAMBIO DE MENTALIDAD”
Ello se debe a varias causas, sobre todo a un «cambio de mentalidad», según Garre, puesto que se han combinado campañas de concienciación, una mayor responsabilidad al volante respecto de generaciones anteriores, un mayor uso del transporte público, la llegada de nuevas formas de movilidad urbana (como los patinetes eléctricos) y la situación económica. «Les resulta más difícil sacarse el carné de conducir y tener un coche», apuntó.
Este «cambio de mentalidad» se traduce en un descenso del 36% en el uso del coche (entre 1995 y 2014) porque los jóvenes pasan más tiempo en casa debido a las nuevas tecnologías y la formación online), la caída del número de conductores (un 37% menos de 18 a 20 años y un 25% menos de 21 a 29 años entre 2010 y 2019) y que un 48% de los menores de 34 años no tienen el carné. «No ven tener coche como una prioridad como antes, cuando casi al cumplir los 18 años lo primero que hacíamos era sacarnos el carné», subrayó Garre.
Sin embargo, los automovilistas jóvenes tienen algunas áreas de mejora, según el estudio. Por ejemplo, su tasa de accidentalidad ha subido un 37,5% en la última década, cometen más excesos de velocidad (72%), son los que más usan el teléfono móvil mientras van conduciendo (47%) y se ponen menos el cinturón cuando van de ocupantes (16%).
El accidente tipo en jóvenes es el de un hombre de 25 a 29 años (70% de los casos), por alcance trasero debido a una distracción o por no respetar la distancia de seguridad (30%), en una vía urbana (61%), en coche (70%), el vehículo accidentado tenía más de 10 años (44%) y el siniestro se produce en julio y durante un fin de semana.
Por comunidades autónomas, Baleares, Cataluña y Madrid son los territorios donde más accidentes de conductores jóvenes se registraron en los últimos 10 años, mientras que Castilla y León, Navarra y Murcia resultan ser las regiones con menos siniestros.