Paula Badosa es una tenista con estrella. Dos finales jugadas y otros tantos títulos en Belgrado y en Indian Wells. La victoria en el WTA 1.000 californiano la catapulta de lleno a la élite del deporte de la raqueta.
Se queda a las puertas del ‘top10’ mundial y con un pie y medio en su primer Masters, que se celebrará del 10 al 17 de noviembre en Guadalajara (México).
Badosa ha firmado un torneo prácticamente perfecto en el que sólo cedió dos sets, en el debut con la ucraniana Dayana Yastremska, y en la final ante Victoria Azarenka. Pasó por encima de rivales como Coco Gauff, Barbora Krejcikova, Angelique Kerber y Ons Jabeur.
La bielorrusa, una exnúmero uno y campeona de dos grandes (Open de Australia 2012 y 2013), no pudo con el ritmo de bola de Paula, que cerró un tanteo de 7-6(5), 2-6 y 7-6(2), en 3 horas y 4 minutos
Azarenka desperdició las cinco primeras pelotas de ‘break’, en el segundo y cuarto juego. No fallaría en el octavo, pero sería para recuperar la rotura.
El marcador reflejaba un empate a cuatro juegos. Badosa le pegaba más y con mayor potencia. El interrogante era saber si su rival de 32 años sería capaz de aguantar el ritmo durante toda la final. Venía de retirarse por problemas físicos del WTA de Chicago. De hecho, Vika ni tan siquiera saltó a la pista a disputar los octavos de ese torneo con Garbiñe Muguruza.
Para lo bueno y para lo malo casi todo lo hacía la pupila de Jorge García. La grada se había decantado por la bielorrusa, físicamente inferior a su adversaria.
Paula templó los nervios y se hizo por segunda vez con el servicio de Azarenka en el undécimo juego. Volvió a perder después su saque y el desenlace terminó en la muerte súbita.
La española fue mejor de principio a fin y certificó su victoria en el parcial inicial. Su oponente había ganado en Indian Wells en dos ocasiones, 2012 y 2016.