Sólo el hidrógeno producido a partir de energía solar o eólica es efectivamente de cero emisiones, según un nuevo análisis realizado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés).
El hidrógeno producido a partir de gas natural con captura y almacenamiento de carbono es una opción de alto riesgo que podría emitir peor que la quema de combustibles fósiles.
Este análisis es el primero de este tipo que examina la incertidumbre de las emisiones del ciclo de vida de todos los tipos de producción de hidrógeno en la UE, así como la producción de biometano.
Este informe llega tras el controvertido ‘¿Cómo de ecológico es el hidrógeno azul?’, que se publicó en agosto, tuvo un impacto internacional y ha generado un debate sobre el hidrógeno azul como parte de los planes gubernamentales de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero.
Según la nueva investigación, el hidrógeno producido a partir de electricidad renovable tiene uno de los niveles más bajos huella de emisiones de gases de efecto invernadero de ocho opciones de producción de hidrógeno y es la única opción de hidrógeno sin carbono que podría ampliarse en Europa.
«El hidrógeno procedente de la electricidad renovable es la única opción verdaderamente limpia», señaló Yuanrong Zhou, investigador del ICCT. «Esta forma de hidrógeno es la que menos emisiones de gases de efecto invernadero tiene a lo largo de su vida, desde su producción hasta su uso, y la que menos riesgos presenta de todas las opciones que hemos probado».
Metano
Por otro lado, el estudio también destaca el alto riesgo climático de cualquier opción de producción de hidrógeno que dependa de metano, ya sea de gas natural o de biometano, debido al riesgo de fuga. El metano es un potente gas de efecto invernadero con un efecto significativo en el clima e incluso pequeñas fugas en la fase de producción pueden contrarrestar los posibles beneficios climáticos del uso de hidrógeno.
Otro riesgo climático del hidrógeno producido a partir del gas natural es que, incluso cuando la captura de carbono y se utiliza el almacenamiento, la industria generalmente solo captura alrededor del 50% del dióxido de carbono por razones económicas, mientras que el resto se emite a la atmósfera.
“Los responsables de la formulación de políticas deberían analizar detenidamente los perfiles de gases de efecto invernadero de las opciones para producir y usando hidrógeno”, apuntó Zhou, antes de indicar: «Algunas opciones que parecen prometedoras pueden dañar el clima salvo que los procesos a lo largo de su ciclo de vida funcionen perfectamente, lo que rara vez es el caso».
Además de la producción de hidrógeno, el estudio examina el biometano producido a partir de cuatro materias primas: lodos de aguas residuales, gas de vertedero, estiércol y maíz para ensilaje. El biometano podría potencialmente generar importantes reducciones de emisiones, pero, al igual que el hidrógeno derivado del metano, varias opciones para producirlo también conllevan el riesgo de fugas de metano.
