Casi la mitad de la humanidad (concretamente, un 47% de la población) tiene un acceso limitado o nulo a pruebas y servicios clave que son esenciales para diagnosticar enfermedades comunes, como la diabetes, la hipertensión, el VIH y la tuberculosis, o pruebas básicas para mujeres embarazadas, como la hepatitis B y la sífilis.
Sin acceso a diagnósticos precisos, de alta calidad y asequibles, muchas personas son tratadas en exceso, mal tratadas o no tratadas en absoluto, o quedan expuestas a tratamientos innecesarios y potencialmente dañinos.
Así se recoge en un análisis dirigido por la Comisión de Diagnósticos de la revista médica ‘The Lancet’ y hecho público este jueves. Ese informe reunió a 25 expertos de 16 países para estudiar el acceso global al diagnóstico clínico.
El documento, de 55 páginas, destaca la importancia de los diagnósticos para cualquier sistema de atención sanitaria que funcione y reclama a los responsables políticos que cierren la brecha diagnóstica, mejoren el acceso y amplíen el desarrollo de diagnósticos más allá de los países ricos.
No obstante, un 47% de la población mundial carece de acceso a diagnósticos, brecha que se incrementa en la atención primaria, donde sólo alrededor de un 19% de las personas de países de ingresos bajos y medios pueden acceder a las pruebas diagnósticas más simples.
Estas pruebas, que incluyen pruebas de sífilis, tiras reactivas de orina, pruebas de hemoglobina, pruebas de glucosa en sangre y ultrasonidos, representan pruebas de diagnóstico esenciales y deben estar disponibles dentro de un tiempo de viaje de dos horas del paciente, según la Comisión de Diagnósticos.
En todo el mundo, reducir la brecha diagnóstica para sólo seis afecciones (diabetes, hipertensión, VIH y tuberculosis, más hepatitis B y sífilis para mujeres embarazadas) de entre un 35 y un 62% a un 10% reduciría el número anual de muertes prematuras en países de ingresos bajos y medios en 1,1 millones.
La clave para cerrar la brecha diagnóstica es la disponibilidad de personal capacitado, y la Comisión de Diagnósticos calcula un déficit global de hasta un millón de personas en materia diagnóstica, que debe abordarse a través de la capacitación y la educación.
COVID-19
Por otro lado, el informe indica que una de las primeras lecciones de la pandemia de la Covid-19 fue la importancia crucial de un diagnóstico oportuno y preciso. Los primeros problemas de desarrollo de pruebas obstaculizaron la comprensión y la respuesta al brote de coronavirus, lo que resultó en la rápida aparición de pruebas poco fiables e inexactas (incluso falsas).
En los países ricos, la capacidad de utilizar los laboratorios de salud pública existentes, además del sector privado, era fundamental para aumentar la capacidad de pruebas, pero muchos países pobres y de ingresos medios sin acceso a esta infraestructura estaban en desventaja y no podían alcanzar la capacidad total de pruebas.
«En gran parte del mundo, los pacientes reciben tratamiento para enfermedades en ausencia de acceso a pruebas y servicios de diagnóstico clave. Esto es el equivalente a practicar la medicina a ciegas. Esto no sólo es potencialmente dañino para los pacientes, sino que también es un desperdicio significativo de recursos médicos escasos”, apunta Kenneth Fleming, de la Universidad de Oxford (Reino Unido).