La rebaja del IVA a la electricidad del tipo general del 21% al reducido del 10% que aprobó el Gobierno en junio tuvo un impacto de 6 millones de euros menos en la recaudación de junio durante los cinco días que la medida estuvo en vigor en dicho mes.
Así se refleja en el informe de recaudación mensual del mes de agosto publicado por la Agencia Tributaria y recogido por Servimedia, el primero en el que se recoge el impacto de esta medida que el Ejecutivo aprobó el 24 de junio con el objetivo de abaratar la factura de la luz.
En concreto, el informe elaborado por la Agencia Tributaria explica que en agosto empezó a tener efecto sobre los ingresos esta reducción del IVA aplicable al consumo doméstico de electricidad, que entró en vigor el 26 de junio. Así, el informe de agosto solamente refleja el impacto de la medida en los cinco días de vigencia del mes de junio, recogidos en la declaración de dicho mes presentada por las eléctricas a finales de julio y cuyo impacto repercute en la recaudación de agosto.
La rebaja del IVA al 10% en la factura de la electricidad se aplica hasta fin de año para todos los consumidores con potencia contratada hasta 10 kW, siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad esté por encima de los 45 euros por megavatio hora (MWh), y a todos los consumidores vulnerables severos al margen de la potencia contratada. De esta forma, la ministra de Hacienda y entonces portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, indicó que la medida beneficia “la práctica totalidad de los hogares españoles”, que tienen una potencia media contratada de 4,1 KW, y el 72,5% de las empresas y negocios.
En el momento que se aprobó la medida, el Gobierno estimaba que esta rebaja del IVA sobre la electricidad tendría un impacto de 500 millones de euros menos en la recaudación de 2021. Según explicaron fuentes de la Agencia Tributaria a Servimedia, el próximo informe sobre la recaudación de septiembre ya incluirá el impacto de esta medida en todo el mes de julio.
OTRAS MEDIDAS
Por otra parte, el informe de la Agencia Tributaria no recoge aún el impacto en los ingresos tributarios de las otras medidas fiscales aprobadas por el Ejecutivo para abaratar el precio de la luz, como son la suspensión del impuesto del 7% sobre la producción eléctrica -aprobada también el 24 de junio inicialmente para tres meses y prorrogada en septiembre hasta final de año- y la rebaja del Impuesto Especial sobre la Electricidad del 5,1% al 0,5%, aprobada en septiembre.
Sobre el impuesto especial, el informe de agosto explica que los ingresos por este tributo (838 millones de euros) mantuvieron los aumentos de los meses precedentes, aunque con un ritmo muy moderado (1,5% en el mes, 2,3% acumulado en el año), por lo que de momento no se reflejan en el impuesto las fuertes subidas de precios de los últimos meses. En cualquier caso, la Agencia Tributaria explica en el propio informe que “hay que tener en cuenta que la magnitud de ese impacto no será similar a la de los precios dado que algunos conceptos de la factura suavizan el efecto y además hay un alto porcentaje del consumo que está en el mercado libre y que, por lo tanto, tardará en ver trasladadas las subidas”.
Tras las medidas aprobadas en junio, con las que el Ejecutivo esperaba reducir la factura de la luz un 10%, el Gobierno aprobó en septiembre un plan de choque con nuevas medidas con las que rebajar la factura otro 22%, de forma que, según indicó la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la rebaja en el recibo alcanzará el 30% y se situará en niveles de 2018.
En cuanto al coste total de las medidas, el Gobierno estima que el impacto en las arcas públicas será de entre 1.600 y 1.800 millones de euros.
MÁXIMOS HISTÓRICOS
Este conjunto de medidas aprobadas por el Gobierno trata de abaratar el precio de la electricidad, que no ha parado de crecer durante 2021. En concreto, el mercado mayorista comenzó septiembre con un precio de 132,47 euros el megavatio hora que ha continuado escalando hasta un máximo histórico de 216,01 euros este pasado viernes 1 de octubre, lo que supone un 424,93% más respecto al precio de un año antes. Pese a este encarecimiento, el Gobierno insiste en que la escalada de precios observada en el mercado mayorista no se trasladará en la misma medida al recibo que pagan los hogares, que, en cualquier caso, sí refleja una subida del coste de la luz.
Por otro lado, los últimos datos de IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que el precio de la electricidad fue en agosto un 34,9% más caro que en el mismo mes de 2020, sumando seis meses consecutivos de alzas interanuales, y un 7,8% más caro que en julio, mes en el que sí se registró una rebaja del 5% respecto a junio.
Asimismo, el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) señala que el recibo de un consumidor medio alcanzó los 52,01 euros en la primera quincena de septiembre -antes de las últimas medidas aprobadas con el plan de choque-, lo que supone un incremento del 19,1% respecto a la primera quincena de agosto.
Según este mismo simulador, para un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora, el recibo para los hogares acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) se encareció un 30% entre enero y agosto de 2021, alcanzando entonces una media de 604,69 euros, lo que suponía un incremento de 140,93 euros con respecto a lo pagado en el mismo periodo de 2020 (463,76 euros). En concreto, el recibo de agosto sería de 90,79 euros, un 8,5% más que en julio, y un 52,7% más que en agosto de 2020.
Parte importante de la subida acumulada en lo que va de año se produjo en el inicio del mismo por el fuerte encarecimiento de la factura en la primera quincena del mes de enero, cuando el efecto de la borrasca Filomena y la ola de frío provocaron una subida del entorno del 30% del recibo, equivalente a algo más de 10 euros.
Después, tras bajar en febrero, el recibo empezó a subir de forma muy importante como consecuencia del encarecimiento del gas natural, que es la tecnología que acaba marcando el precio de producción, y por la subida de los derechos de emisión de CO2. Esta tendencia alcista se cortó en julio gracias a la bajada del IVA y del impuesto a la generación eléctrica, aunque en agosto volvió a subir.
(SERVIMEDIA)