Cuando me atacas, atacas a mi cultura, mi identidad y mi religión. Atacas a mi gente, mis padres, mis hermanos, mis tios y mis amigos.
¿Me tengo qué ofender o atacarte, como tú lo haces?, sabes que tú discurso, como otros discursos parecidos que van adoptando la gente por aquí y por allí, para mí es un discurso de odio, y si no fuera el odio la oscuridad, ¿qué sería entonces?
No te voy a atacar como tú me has atacado porque la oscuridad no se combate, se ilumina.