En este se han cumplido diez años de la última introducción de máquinas en el cauce del Río Genal, por debajo del puente de Gaucín, una actuación que en aquel momento destruyó medio kilómetro del cauce del Genal, y que fue denunciada ante la Comisión Europea por afectar a un río protegido por la Red europea Natura 2000.
Diez años sin intervenir en el cauce no sólo han bastado para devolver al río el bosque de ribera perdido, sino que, además, le han devuelto el caudal a un tramo que se secaba en verano, permitiendo la existencia de peces y otros organismos acuáticos. Esta recuperación ecológica ha sido muy significativa puesto que, incluso, el rio ha ganado en resiliencia, ya que ha sido capaz de mantenerse inalterado tras la fuerte inundación ocurrida en 2018. Este bosque de ribera ha crecido de forma totalmente espontánea (sin la plantación de ninguna especie) donde antes no había nada, borrando el impacto ocasionado por las máquinas en el cauce y demostrando que la restauración ecológica resulta a veces muy sencilla cuando se combaten o eliminan las causas que generan el deterioro.
Al inicio del crecimiento del bosque aparecieron de forma espontánea multitud de especies forestales ligadas a las riberas, pero, con el paso del tiempo, se fue conformando una comunidad en la que actualmente domina una especie de sauce pequeño (Salix purpurea), mejor adaptado a las condiciones ecológicas del tramo. No obstante, entre estos sauces todavía se entremezclan otras especies como chopos, álamos, alisos, otras especies de sauces, tarajes, adelfas, etc.; además de diversas especies de juncias y otras herbáceas. La estabilización del cauce y la formación de pozas permite una comunidad de peces muy numerosa compuesta por barbos, bogas y cachuelos o bordallos. El toque de color es aportado por la comunidad de libélulas, con tonos rojos, azules, amarillos, etc.; en la que destaca una especie de un intenso color rojo, Trithemis kirbyi, que tiene un gran interés por ser una reciente incorporación desde el continente africano. Ni que decir del interés de este nuevo hábitat regenerado para las aves y el resto de la fauna que vive o utiliza las riberas fluviales.
El desarrollo de este bosque de ribera y sus ecosistemas asociados en ausencia de intervenciones de “limpieza de cauces” pone de manifiesto la necesidad de desterrar de manera definitiva ese concepto y esas prácticas que, siguiendo además con las nuevas líneas marcadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y que desde el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF) venimos defendiendo desde hace mucho tiempo, deben reorientarse hacia un concepto mucho más sostenible, adecuado y acorde a los tiempos, como es el de “conservación y mantenimiento de ríos”. Hay sobradas evidencias, como la que presentamos, y estudios académicos que ponen de manifiesto el enorme impacto ambiental que tienen las habituales prácticas de limpieza de los ríos que se han venido realizando hasta ahora. También estudios que demuestran que los ríos con su bosque de ribera conservado o restaurado no sólo conforman ecosistemas de enorme importancia, sino que contribuyen a que se mantenga caudal en los ríos, algo de vital importancia especialmente para ríos temporales en los que el caudal superficial se acaba cortando en los meses de estío. A pesar de ello, debemos lamentar que la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, tanto con el gobierno anterior como con el actual, ha venido negando o minimizando de forma continuada estos hechos para seguir otorgando permisos a tales prácticas.
Actualmente se siguen cometiendo “limpiezas de cauces” en ríos protegidos de la provincia de Málaga, como son las que han afectado al Arroyo Las Cañas (Carratraca), Río Padrón (Estepona), Río Castor (Estepona), Río Pereilas (Coín), Río Real (Marbella) o Río Guadaiza (Marbella). El Genal, a pesar de ser un espacio protegido por la calidad de sus hábitats y de la mejora que mostramos en el tramo concreto al que hacemos referencia, sigue bajo la amenaza de nuevas autorizaciones de limpiezas. Ya se han visto afectados más de 2 kilómetros en el Arroyo Guadarín (Faraján) y parte del Genal en el Puente de San Juan (Algatocín), donde se han instalado escolleras, haciendo que buena parte de estos impactos sean permanentes. El bosque recuperado en Gaucín también se ha visto nuevamente afectado mediante la introducción de máquinas en zonas no visibles desde la carretera, que han reducido a la mitad, (230 metros de los más de 500 metros que ocupaba), la extensión del bosque de ribera.
Por todo ello, desde el CIREF denunciamos estos hechos y solicitamos a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible que deje de autorizar limpiezas de cauces y haga frente a sus responsabilidades en conservación y mantenimiento de cauces, asumiendo el mandato de la normativa comunitaria y nacional de recuperar y mantener el buen estado de los ríos. También animamos a los malagueños y andaluces en general a ser exigentes con sus administraciones y a incrementar su sensibilidad y su compromiso social y ambiental por unos ríos sanos, ya que son las arterias que dan vida y drenan todo el territorio.