El aeropuerto de Kabul ya está reabierto de forma parcial para que empiecen a llegar vuelos con ayuda humanitaria a Afganistán tras la reconquista del poder por parte de los talibanes, anunció Qatar.
Tras haber sido los primeros en aterrizar un avión el miércoles en la terminal aérea, menos de 48 horas después de la retirada de las fuerzas estadounidenses de la capital afgana, el país árabe trabaja sin descanso para reanudar las operaciones de forma total en las instalaciones.
El equipo de trabajo qatarí logró reparar el radar, la torre de comunicaciones y la pista del aeropuerto, y también consiguió garantizar la seguridad
En ese sentido, el embajador de Qatar en Afganistán, Said Mubarak al Jayarin, anunció este sábado que el equipo de trabajo técnico logró reabrir parcialmente el aeródromo para la llegada de vuelos de ayuda humanitaria, que ya comenzaron a llegar.
Asimismo, explicó a la cadena de televisión Al Jazeera que se espera que en los próximos días continúen arribando estos vuelos humanitarios, mientras que siguen trabajado para solucionar algunos problemas técnicos que permitirán que «pronto puedan estar operando vuelos internacionales comerciales».
Por otro lado, el embajador anunció que partieron los primeros vuelos nacionales desde que los talibán accedieran al poder, indicó la agencia de noticias Europa Press.
El equipo de trabajo qatarí logró reparar el radar, la torre de comunicaciones y la pista del aeropuerto de Kabul y también consiguió garantizar la seguridad tanto dentro como fuera de las instalaciones.
El quinto avión qatarí con ayuda humanitaria llegó este sábado a Kabul con 15 toneladas de ayuda.
El país del Golfo Pérsico desempeñó un papel de mediador en el proceso de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes, antes de que estos tomaran el control el 15 de agosto pasado.
El aeropuerto internacional se encuentra a apenas 5 kilómetros del centro de Kabul y solo cuenta con una pista de despegue, lo que obliga a los aviones a dar vueltas por encima de la ciudad hasta quedar libre.
Su situación hace que sea vulnerable a los ataques con mortero y cohetes, y a otro tipo de ataques, como lo puso de manifiesto el grupo Estado Islámico de Khorasan (EI-K) el 26 de agosto, tras una explosión que dejó cientos de muertos.