Un total de 191 personas perdieron la vida en las carreteras entre los meses de julio y agosto, lo que supone 24 menos que en 2019 y representa el guarismo más bajo desde que hay registros oficiales.
Así lo atestiguó este viernes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la rueda de prensa en la que presentó el balance de siniestralidad vial del verano de 2021, un acto que se celebró en la madrileña sede de la Dirección General de Tráfico (DGT) y donde estuvo acompañado por el director general de Tráfico, Pere Navarro; por la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea; y por el general jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, José Ignacio Criado.
El titular de Interior apuntó, antes de desglosar los datos, que “todas las magnitudes están comparadas con el año 2019, por que 2020 fue atípico y excepcional en la movilidad y en la siniestralidad con motivo de la pandemia”. Por ello, “en consenso con los países de nuestro entorno, el año de referencia para la hacer la comparación es 2019”.
Tras este prefacio, Marlaska comentó que “todo apunta a que se recuperan los niveles de circulación prepandemia”, como lo pone de manifiesto el hecho de que entre los meses de julio y agosto se registraran 90,8 millones de desplazamientos, un 0,39% menos que en 2019, de los cuales 43,2 millones tuvieron lugar en julio (-0,15%) y 47,5 millones (-0,60%).
Durante los meses de julio y agosto perecieron en las carreteras españolas un total de 191 personas, 24 menos que en 2019, el guarismo más bajo desde que hay registros oficiales. La disminución en el número de fallecidos también tiene su reflejo en la cifra de accidentes mortales, 178 (20 menos) y en la de heridos que requirieron hospitalización, 892 (140 menos).
Marlaska señaló que “la estadística es menos mala de lo que esperábamos, pero no debemos utilizar este dato para lanzar un mensaje triunfalista. Jamás. Durante estos meses estivales, cada día tres ciudadanos han perdido la vida en nuestras carreteras”.
Por ello, avanzó que el objetivo de su departamento pasa por “reducir nuestra estadística a cero”, algo que no es algo “inalcanzable”, como lo evidencia el hecho de que en julio hubo un día sin fallecidos, y en agosto seis jornadas sin muertes.
(SERVIMEDIA)
