La confluencia de Izquierda Unida y Podemos en el Ayuntamiento de Málaga ha mantenido un encuentro con vecinos y vecinas de La Palma-Palmilla para denunciar “el abandono generalizado de los barrios de la ciudad y reclamar la puesta en marcha de un plan urgente de inversiones para su mejora”.
Para ejemplificar esta mala gestión del gobierno del PP y Cs, desde la confluencia de izquierdas denuncian, junto a residentes en La Palma-Palmilla, la existencia de vertidos fecales en plena vía pública a consecuencia del impacto provocado por un autobús de la EMT que invadió la acera en noviembre de 2018, atropellando a dos peatones y causando diversos daños materiales en la calle Ebro. Casi tres años después del suceso siguen sin haber sido reparados y están provocando graves perjuicios a la vecindad, que sufre la escorrentía de aguas fecales en la misma vía pública, justo en una zona de paso muy concurrida y en la que existen comercios y una cafetería-churrería.
La concejala portavoz de Unidas Podemos, Paqui Macías, considera que es “una vergüenza que situaciones como estas se den día a día en Málaga, le pedimos al alcalde que baje de las ‘torres’ y atienda las necesidades de los vecinos y las vecinas de los barrios, que ponga en marcha un plan urgente de reparaciones en los distritos y que se aumente el presupuesto destinado a las mejoras e inversiones en los barrios. El alcalde está más preocupado en poner a dedo a cargos de confianza y en promover rascacielos que en atender las necesidades de la vecindad”.
La concejala viceportavoz de la coalición de izquierdas, Remedios Ramos, denuncia que “no tiene lógica que en el siglo XXI y en la que se nos vende como la Málaga de la modernidad, nuestros barrios estén olvidados y no se atienda a los vecinos. Es intolerable que existan vertidos fecales en la vía pública, que provocan malos olores, riesgos sanitarios, insalubridad y peligro de caídas. Málaga necesita un plan integral de limpieza centrado en los barrios”.
El representante de Unidas Podemos en la Junta del Distrito 5, Juan Jiménez, critica que “tres años después del accidente solo se ha repuesto la farola, los daños en la acera, la valla y las conducciones de agua no se han tocado y provocan vertidos fecales que han llegado a causar caídas y que obligan a que la gente tenga que circular por la calzada para no mojarse con las aguas fecales”.