El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) no tiene intención de reducir su personal en Afganistán, declaró la portavoz de la oficina del CICR en Rusia, Galina Balzámova, en medio del aumento de tensiones en el país surasiático.
«Planeamos continuar nuestras operaciones de asistencia y, por consiguiente, no hay planes de reducir la plantilla«, dijo la vocera a la agencia de noticias Sputnik.
Recordó que a lo largo de 30 años el CICR ha permanecido en Afganistán y ha brindado asistencia a todas las partes del conflicto.
Balzámova indicó que las hostilidades de las últimas semanas tuvieron un gran impacto sobre la población, dejando miles de personas heridas.
Además, destacó que «la situación es impredecible, y asegurar la logística es ahora una tarea más difícil para el personal».
En lo referente al movimiento talibán (proscrito en Rusia como terrorista), Balzámova señaló que el CICR «lleva muchos años trabajando en las regiones controladas por el talibán y ha desarrollado relaciones de trabajo positivas con ellos».
Precisó que el organismo está cooperando tanto con el personal directivo superior de los talibanes, como con sus autoridades locales.
«La evolución de la situación militar sobre el terreno no ha cambiado nuestras relaciones con el talibán y la situación actual no cambia cómo vamos a actuar», afirmó la portavoz de la oficina del CICR en Rusia.
El viernes, la oficina española de la organización publicó en redes sociales que Afganistán «es uno de los países más letales» para los civiles y que el «50% de la población» vive en lugares afectados por el conflicto.
El domingo los talibanes proclamaron el fin de su ofensiva contra las tropas gubernamentales que intensificaron desde el comienzo de la retirada de las fuerzas de EEUU y la OTAN -presentes en Afganistán desde 2001- prevista para completarse el 31 de agosto.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonó el país «para prevenir una masacre», según su declaración.
Los talibanes ya dejaron claro que no habrá un gobierno de transición en Afganistán, sino «un traspaso completo» del poder. Mientras continúa este proceso, el movimiento se ha comprometido a mantener el orden y la seguridad en las localidades bajo su control.