Así lo anunció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una rueda de prensa al término de la cuarta reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan de Acción de Lucha contra los Delitos de Odio 2019-2021.
El titular de Interior explicó que el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, dictó una instrucción para que los responsables de la Oficina Nacional hagan seguimiento directo y específico de los casos de delitos de odio que adquieran especial relevancia por la alarma social que representen, por la complejidad del hecho investigado o por la gravedad de los posibles delitos cometidos.
En estos supuestos, los miembros de la Oficina Nacional podrán desplazarse a cualquier dependencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para asegurar la más estrecha relación con los investigadores, ya sea a iniciativa de la propia oficina o a solicitud de las unidades policiales de investigación.
Además, informó Fernando Grande-Marlaska, el secretario de Estado de Seguridad prepara una segunda instrucción que modifica el Plan de Actuación y Coordinación Policial contra Grupos Organizados y Violentos de carácter juvenil, para mejorar la elaboración de los atestados policiales con el objetivo de recoger los indicios que aclaren conductas delictivas como delitos de odio o agravadas por la circunstancia de discriminación prevista en el Código Penal.
MÁS DELITOS CONTRA PERSONAS CON DISCAPACIDAD
En total, los delitos e incidentes acaecidos el pasado año descendieron respecto a 2019. Los 1.401 hechos registrados suponen una disminución del 17,9%, descenso en el que ha podido influir el confinamiento de la población por la pandemia durante los meses de marzo a junio de 2020.
No obstante, los ámbitos de delitos de odio contra personas con discapacidad (+69,2%), discriminación por razón de enfermedad (+62,5%), discriminación por razón de sexo/género (+43,5%) y antigitanismo (+57,1%) experimentaron un incremento, mientras que los ámbitos que disminuyeron fueron los de ideología (-45,3), racismo/xenofobia (-5,8%), contra la orientación sexual e identidad de género (-0,4%) y antisemitismo (-40,0%).
Entre todas las tipologías que se incluyen en la definición de los delitos de odio, destacan, como en años anteriores, las amenazas y las lesiones, que suman un 42,1% de los incidentes de odio conocidos. En cuanto al índice de esclarecimiento, en 2020 se mantiene en un nivel elevado, el 66,2% del conjunto de hechos conocidos.
Sobre las victimizaciones por sexo, se registraron más hechos denunciados ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad por personas de sexo masculino (59,5%) y predominio del ámbito del racismo/xenofobia, seguido de orientación sexual e identidad de género.
El principal grupo de edad de las víctimas que denunciaron se sitúa entre los 26 y los 40 años (34,3%), que es la misma franja de los autores conocidos de hechos delictivos. Otro dato destacado es que los menores de edad víctimas acumulan en 2020 una cifra superior (9,4%) a la registrada en 2019 (6,7%).
Por último, en relación con los actos relacionados con el discurso de odio (189), los principales hechos, cometidos de manera constante en el tiempo a través de Internet y las redes sociales, fueron las amenazas, injurias y promoción/incitación pública al odio. El uso de Internet (45%) superó al de las redes sociales (22,8%) y al uso de la telefonía o comunicaciones (14,3%).