Con denuncias de policías de un “ataque planificado para perturbar la democracia” y advertencias contra los intentos de “encubrimiento”, comenzó a funcionar este martes la comisión investigadora del asalto al Capitolio de Estados Unidos cometida por simpatizantes del expresidente Donald Trump, una instancia impulsada por el oficialismo demócrata y rechazada por la mayoría de la oposición republicana.
Más de medio año después del ataque protagonizado por cientos de simpatizantes del entonces presidente Donald Trump, el propio Congreso empezó a investigar qué ocurrió y quiénes fueron los responsables de lo que en su momento fue calificado como «una insurrección» y «un acto de sedición» que terminó con cinco muertos, entre ellos un policía.
«Sabemos que hay evidencia de un ataque planificado coordinado. Sabemos que los hombres y mujeres que irrumpieron en el Capitolio querían descarrilar la transferencia pacífica del poder en este país», expresó el legislador demócrata Bennie Thompson, para quien los seguidores de Trump tenían el objetivo de «perturbar la democracia».
Thompson, quien abrió la audiencia de la comisión de la Cámara de Representantes, dijo que el ataque fue el más violento desde que los británicos asaltaron la sede del legislativo estadounidense en 1814, según la agencia de noticias AFP.
La primera audiencia estuvo marcada por el testimonio de cuatro hombres que estuvieron en el cordón de seguridad que fue sobrepasado por los simpatizantes de Trump y que luego fueron agredidos durante varias horas de violencia y caos: dos policías de la ciudad de Washington, Daniel Hodges y Michael Fanone, y dos oficiales de la fuerza especial que protege el Capitolio, Harry Dunn y el sargento Aquilino Gonell.