La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido que si los gobiernos en todo el mundo no cambian sus políticas presupuestarias ahora y no invierten más en la energía limpia, la recuperación económica de las consecuencias de la pandemia le costará caro a nuestro planeta.
Actualmente, solo el 2 % de las ayudas fiscales destinadas a relanzar la economía postcovid se dirige a las transiciones de energía limpia, según un nuevo análisis de la AIE, que estima que si esta situación no cambia, las emisiones mundiales de CO2 alcanzarán niveles récord en 2023 y seguirán en aumento en los años siguientes, dejando al mundo «muy lejos de la senda hacia las emisiones netas cero para 2050».
El organismo calculó que los gobiernos destinaron 16 billones de dólares en apoyo fiscal durante la pandemia, gastando principalmente en ayudas para los hogares y las empresas. Con los planes actuales, el gasto total, tanto público como privado, en las energías limpias solo aumentaría hasta unos 350.000 millones de dólares al año para 2030, lo que constituye un 35 % de lo que esperaba la agencia.
Según el plan de la AIE, desarrollado en colaboración con el Fondo Monetario Internacional y publicado durante el inicio de la pandemia, se recomienda un gasto mundial de un billón de dólares en las energías limpias, inversión que también impulsaría el crecimiento económico a nivel global, permitiendo crear millones de puestos de trabajo.
La agencia también encontró disparidades geográficas muy marcadas a la hora de invertir en energías limpias. La mayoría de los fondos para estos propósitos provienen de economías avanzadas, que se acercan al 60 % de los niveles de inversión deseados. Mientras que las economías emergentes y en desarrollo, muchas de las cuales tienen recursos fiscales limitados, contribuyeron un 20 % del gasto recomendado.