La Fundación Ciedes, el OMAU, la Universidad de Málaga, Analistas Económicos de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga han realizado un estudio para conocer las condiciones sociales, económicas, laborales y ambientales de los barrios de la capital malagueña para detectar necesidades y demandas presentes y futuras.
Se han seleccionado 19 variables, recogido y georreferenciado la información, realizado más de 3.000 encuestas directas y construido los índices estadísticos necesarios sobre la población de los casi 360 barrios y 20 grandes barrios.
En el trabajo se analiza la vulnerabilidad en cuatro dimensiones, como es la demográfica, socioeconómica, asistencial y territorial –donde se incluyen las características medio ambientales y territoriales– y se vinculan con la sostenibilidad urbana.
Destaca que la ciudad no se puede analizar como un territorio único y aún menos pensar en diseñar políticas homogéneas para reactivar las condiciones económicas y sociales necesarias para superar la nueva crisis ocasionada por la pandemia.
La radiografía muestra una ciudad segregada espacialmente. Se mantienen importantes diferencias entre barrios, como los siete años de esperanza de vida o las tres veces más de renta media por hogar de la Caleta-Limonar frente a la zona de Campanillas.
El estudio ha elaborado un índice sintético para cada una de las cuatro dimensiones analizadas y un indicador global de vulnerabilidad –con igual peso para cada dimensión–.
El gran barrio de Malagueta-Limonar, que ocupa la primera posición en escasa vulnerabilidad global, también tiene esta posición para los índices de vulnerabilidad socioeconómica y asistencial, pero desciende al tercer puesto en vulnerabilidad territorial y al noveno en demográfica.
El gran barrio más vulnerable, La Unión-Cruz de Humilladero, por vulnerabilidad demográfica y territorial se mantiene en el puesto 19, pero asciende al puesto 14 en vulnerabilidad socioeconómica y al 15 en asistencial.
Hay grandes barrios que sorprenden por la disparidad entre los tipos de vulnerabilidad, como Palma-Palmilla en el puesto 19 en el índice global con gran vulnerabilidad asistencial (20) y socioeconómica (19), pero que reducidos problemas de vulnerabilidad territorial y demográfica. Otros están más equilibrados, como Teatinos-Guadalhorce, que ocupa el segundo puesto en vulnerabilidad global, y todos sus índices están entre las cuatro primeras posiciones.
En relación con la dimensión demográfica, La Unión-Cruz de Humilladero y Mármoles-Carranque son los más vulnerables desde este punto de vista, mientras que en el extremo opuesto están Teatinos-Guadalhorce y Guadalhorce.
Asimismo, los que presentan mayor vulnerabilidad socioeconómica y laboral son los la Luz-San Andrés, Campanillas; Ciudad Jardín y Palma-Palmilla. Frente a éstos, destacan con situaciones mucho más favorables Malagueta-Limonar, Teatinos-Guadalhorce y Churriana-Bahía Málaga.
Desde el punto de vista asistencial, los barrios de Palma-Palmilla y Campanillas son las más vulnerables, en contraposición a los de Churriana-Bahía Málaga y Malagueta-Limonar.
Desde el punto de vista territorial, son menos vulnerables toda la zona oriental, el Puerto de la Torre (El Atabal) y la zona de expansión de Teatinos. Por el contrario, son más vulnerables territorialmente las zonas más planas.
En relación con el índice de vulnerabilidad global, el indicador revela que los grandes barrios de la margen izquierda del Guadalmedina son los más vulnerables, seguidos por Centro, La Luz y Campanillas. En el extremo opuesto se sitúan Teatinos, Malagueta-Limonar, seguidos por Churriana-Bahía Málaga, Guadalhorce y Puerto de la Torre.
CUATRO DIMENSIONES
Cada una de las dimensiones ha analizado distintas varias. En el caso de la demografía, se ha empleado la tasa de dependencia sobre la actividad; el índice de envejecimiento; la soledad en los mayores de 75 años y la esperanza de vida.
En el análisis de la tasa de dependencia, se observa que los que tienen mayor tasa son los de la Prolongación: La Unión-Cruz de Humilladero y Mármoles-Carranque, junto a Litoral Oeste: La Paz-Parque Mediterráneo, los dos grandes barrios del Litoral Este (Malagueta- Limonar y Palo-Candado) y Litoral Oeste: La Luz-San Andrés. Por el contrario, las zonas de Guadalhorce y Teatinos-Guadalhorce presentan menor tasa de dependencia en la población malagueña.
En cuanto al índice de envejecimiento, el que tiene mayor dato es el de Prolongación: Mármoles-Carranque, donde se concentran 203 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Le sigue el barrio de Prolongación: la Unión-Cruz Humilladero, con 182,95 mayores de 64 años.
Los datos muestran además una mayor concentración de población envejecida en la zona litoral oeste de la ciudad, frente al barrio de Teatinos-Guadalhorce, que destaca en el sentido contrario.
Sobre la soledad de las personas mayores, los barrios del centro son los que tienen mayores perfiles de población mayor que vive sola con edades superiores a los 75 años, destacando la zona de Prolongación: Mármoles-Carranque, seguida de Prolongación: La Unión-Cruz Humilladero, Centro y Rosaleda: Trinidad.
La zona del Litoral Este, a pesar de contar con población envejecida (por encima de 64 años), está en una posición intermedia de este indicador, lo que puede suponer que aún no han llegado a la edad de 75 años o que, como se indicaba al observar el índice de dependencia, estos mayores viven acompañados por familiares. En cuanto a la esperanza de vida, el barrio de Teatinos-Guadalhorce es el que presenta mejor dato, con una media de 86,15 años, en el punto contrario está la zona Centro, con 79,58 años.
Para analizar la dimensión socioeconómica se ha empleado la renta del hogar; la privación material; la población mayor de 16 años que es analfabeta o no tiene estudios; la población entre 16 y 65 años inscrita en los servicios públicos de empleo; y la intensidad laboral del hogar. En este punto, hay «gran diferencia entre el Litoral Este-Limonar y el resto del municipio», estando El Palo-El Candado, Teatinos-Guadalhorce; el Litoral Oeste: Puerta Blanca-Finca El Pato y el Puerto de la Torre superando los 30.000 euros de renta media anual por hogar, frente a Rosaleda: Palma-Palmilla, con el menor nivel.
En cuanto a la educación, los mayores valores están en Campanillas, donde más de una cuarta parte de los residentes son analfabetos o no tienen estudios. En el plano más positivo, se sitúa Litoral Este: Malagueta-Limonar, y Teatinos-Guadalhorce.
Sobre el número de demandantes de empleo, las cifras mayores están en Rosaleda: Palma-Palmilla, con más de un 20 por ciento de la población entre 16 y 65 años inscrita. Por el contrario, entre los barrios con menores tasas tanto Malagueta-Limonar como El Palo-El Candado.
En cuanto a la dimensión asistencial, el gran barrio Palma-Palmilla tiene mayor concentración de personas atendidas, con un 21,33 por ciento de población usuaria de los servicios sociales. Los valores menores están en Malagueta-Limonar y Churriana-Bahía Málaga (4,74%).
Otro de los factores es la dificultad para la integración social, escolar y laboral, siendo la Trinidad la que tiene mayores necesidades, seguido de Palma-Palmilla y Campanillas y la zona Centro. En el otro extremo está Churriana-Bahía Málaga y la Malagueta-Limonar.
Este trabajo, a cuya presentación ha asistido el alcalde, Francisco de la Torre; ha sido coordinado por Elena Bárcena-Martín, María del Carmen García-Peña, Pedro Marín Cots, Julián Molina, Macarena Palomares, José Damián Ruiz Sinoga y ha sido realizado por Rafael Arredondo, Juan Antonio Bermúdez, Francisca García Pardo, María de las olas Palma, Salvador Pérez, Juana María Rabelo, Carmen Ramos, Dolores Ruiz y José Vega. Se ha contado con el apoyo económico de la Fundación Ciedes, de Unicaja Banco y de la Fundación Bancaria Unicaja.