Veinticuatro personas en todo el mundo huyen de media cada minuto de la guerra, la persecución o el terror, en un contexto en el que la pandemia del coronavirus causó el año pasado una cifra sin precedentes de 82,4 millones de refugiados, un 4% más respecto del récord anterior de 79,5 millones de finales de 2019.
Naciones Unidas aporta estos datos con motivo del Día Mundial de los Refugiados, que se celebra este domingo. Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados) ha lanzado este año una campaña para pedir una mayor inclusión de las personas refugiadas en los sistemas sanitarios, las escuelas y el deporte.
«Más de 80 millones de personas de todo el mundo se han visto obligadas por la guerra, la violencia y la persecución a huir de sus hogares abandonándolo todo para salvarse y para salvar a sus familias. Los refugiados tienen que empezar de nuevo su vida», indica el secretario general de la ONU, António Guterres, en un mensaje con motivo del Día Mundial de los Refugiados.
En su mensaje, recogido por Servimedia, Guterres añade que, «para muchísimas personas, la pandemia ha supuesto la ruina de sus medios de vida, ha acarreado que las estigmaticen y las vilipendien y ha hecho que se vean expuestas al virus en un grado desproporcionado».
«Al mismo tiempo, los refugiados han dejado patente, una vez más, la inestimable contribución que realizan a sus sociedades de adopción como trabajadores esenciales y de primera línea. Tenemos el deber de ayudar a los refugiados a reconstruir su vida. La Covid-19 nos ha demostrado que sólo si nos mantenemos unidos saldremos adelante. En el Día Mundial de los Refugiados, hago un llamamiento a las comunidades y a los gobiernos para que incorporen a los refugiados a la atención sanitaria, la educación y el deporte», añade.
FUTURO
Por su parte, el Alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, recalca que, «a medida que los líderes mundiales aparentemente no pueden o no quieren hacer la paz, cada vez más personas desplazadas pagan el precio». «Sólo en los últimos tres años, alrededor de un millón de niños nacieron en una vida de exilio. ¿Qué les deparará su futuro? ¿Qué oportunidades tendrán para alcanzar su potencial?», se pregunta.
Grandi recalca que «los líderes deben dar un paso adelante y trabajar juntos para resolver los desafíos globales de hoy». «En los últimos meses, una época dominada por la pandemia, hemos visto que los refugiados –aunque necesitan, merecen y tienen derecho a la protección, la seguridad y el apoyo internacionales– también se retribuyen unos a otros y a sus comunidades de acogida», comenta.
«Cuando se les ha dado la oportunidad, han corrido a la primera línea de la respuesta a la Covid-19 como médicos, enfermeras, limpiadores, trabajadores humanitarios, cuidadores, comerciantes, educadores y muchos otros roles, brindando servicios esenciales mientras luchamos colectivamente contra el virus. Los hemos visto a ellos y a sus anfitriones compartir desinteresadamente escasos recursos y ayudar a levantar a los más necesitados», apostilla.
Grandi destaca que un equipo de deportistas refugiados «se acercarán a la línea de salida mientras compiten con los mejores del mundo» en los Juegos Olímpicos de Tokio, que se disputarán desde el próximo 23 de julio en la capital japonesa.
(SERVIMEDIA)
