La OTAN alertó este lunes sobre los «desafíos sistémicos» presentados por China y advirtió a Rusia que respete las normas internacionales, en una cumbre presencial que marcó el reencuentro con Estados Unidos, un aliado estratégico con el que pasó momentos de tirantez durante el mandato de Donald Trump.
En una extensa declaración final, los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) refirmaron su «unidad, solidaridad y cohesión» para abrir «un nuevo capítulo en las relaciones transatlánticas», y definieron al bloque como «la fundación de nuestra defensa colectiva».
Aunque fuentes diplomáticas habían asegurado que la declaración se referiría a China sin lenguaje «incendiario», la nota señaló categóricamente que «las ambiciones de China» y su comportamiento representan «desafíos sistémicos al orden internacional basado en reglas».
«Llamamos a China a respetar sus compromisos internacionales y actuar con responsabilidad en el sistema internacional, incluyendo los dominios espacial, cibernético y marítimo», expresó la OTAN en la declaración, recogida por las agencias de noticias AFP y Sputnik.
La «creciente influencia de China (…) puede representar desafíos que precisamos enfrentar juntos, como una alianza. Nos enfrentamos cada vez más a amenazas cibernéticas, híbridas y asimétricas», apuntaron.
Al llegar a la sede de la Alianza Atlántica para la cumbre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había dicho que «no habrá una nueva guerra fría con China», pero que Occidente debe «enfrentar los desafíos planteados por China a nuestra seguridad».
Con relación a Rusia, los aliados expresaron que el fortalecimiento de su capacidad militar y actividades provocadoras en las fronteras de la alianza militar «cada vez más amenazan la seguridad del área euro-atlántica».
«Seguiremos trabajando juntos para tratar todas estas amenazas y desafíos presentados por Rusia», apuntaron los países de la OTAN.
«Hasta que Rusia demuestre respeto por la ley internacional y sus obligaciones y compromisos internacionales, no podrá haber un retorno a la normalidad», agregaron.
En su declaración, los mandatarios también reafirmaron que la retirada de sus tropas de Afganistán después de dos décadas «no significa el fin» de su relación con ese país.
Aunque la OTAN retirará este año todas sus tropas de Afganistán, los líderes apuntaron que mantendrán una Oficina de Representación Civil en Kabul, y además apuntaron que aportarán «fondos transitorios para garantizar el funcionamiento del aeropuerto internacional Hamid Karzai», en Kabul.
La reunión en Bruselas contó con la participación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien en cada ocasión buscó poner en evidencia el apoyo de Washington a la alianza militar, después de las tensiones vividas durante la gestión de Donald Trump en la Casa Blanca.
«Quiero ser muy claro: la OTAN es de una importancia capital para nuestros intereses y en sí misma», expresó Biden este lunes, y volvió a hacer referencia a una «obligación sagrada» de su país con la alianza militar.
Por su parte, Stoltenberg destacó que en las reuniones a puerta cerrada Biden garantizó a los líderes de la OTAN el compromiso de su gobierno con la alianza militar, en un marcado contraste con la difícil relación que el bloque mantuvo con Trump.
En el segmento de las relaciones de la OTAN con actores fuera del bloque, el documento apunta que la alianza «intensifica la interacción con Colombia, un aliado en América Latina, en temas de gobernabilidad, entrenamiento militar, desminado y seguridad marítima».
Otro tema de permanente tensión es el papel de Turquía, un aliado difícil que sin embargo podría desempeñar un rol central en el futuro inmediato en Afganistán después de la retirada de las tropas.
También estuvo presente en la capital belga el primer ministro británico, Boris Johnson, quien destacó que la recuperación global pospandemia debe estar respaldada por una seguridad compartida.
«La pandemia de coronavirus ha reforzado el valor de la OTAN y los aliados deben redoblar su compromiso con la alianza y asegurarse de que se adapte para enfrentar los desafíos del futuro», subrayó.
Por su parte, el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo en una rueda de prensa junto a Stoltenberg que en la jornada mantuvo un encuentro con Biden en el que, entre otros temas, le ofreció detalles de su reciente gira por América Latina.
España será la sede de la próxima cumbre de la OTAN, en 2022, cuando se cumplan 40 años de su ingreso al nucleamiento.
Además de Biden, en esta cumbre presencial de la OTAN estuvieron Justin Trudeau, primer ministro de Canadá; Mario Draghi, presidente del Consejo de Ministros de Italia; Zdravko Krivokapić, premier de Montenegro; Zoran Zaev, primer ministro de Macedonia del Norte; Janez Janša, premier esloveno, y Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido.
También participaron la canciller alemana, Angela Merkel; los primeros ministros de Grecia, Kyriakos Mitsotakis; de Dinamarca, Mette Frederiksen; de Islandia, Katrín Jakobsdóttir; de Portugal, Antonio Costa; de Noruega, Erna Soberg, y el presidente del Gobierno de Espala, Pedro Sánchez; y los presidentes de Francia, Emmannuel Macrón, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, entre otros.