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lunes, noviembre 25, 2024

La costa del Ártico se derrite el doble de rápido de lo que se pensaba

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El espesor del hielo marino se deduce midiendo la altura del hielo sobre el agua y ello se distorsiona por la nieve que pesa el témpano de hielo. Los científicos emplean para ello un mapa de la profundidad de la nieve en el Ártico que está décadas desactualizado y no tiene en cuenta el cambio climático.

En el nuevo estudio, publicado este viernes en la revista ‘The Cryosphere’, los investigadores cambiaron este mapa por un nuevo modelo informático diseñado para calcular la profundidad de la nieve a medida que varía año tras año y concluyeron que el hielo marino en regiones costeras clave del Ártico se estaba derritiendo a un ritmo que era de 70% a 100% más rápido de lo que se pensaba.

«El espesor del hielo marino es un indicador sensible de la salud del Ártico. Es importante, ya que el hielo más grueso actúa como una manta aislante, impidiendo que el océano caliente la atmósfera en invierno y protegiendo el océano del sol en verano. El hielo más delgado también tiene menos probabilidades de sobrevivir durante el dehielo del verano ártico», apunta Bobbie Mallett, doctorando de la University College de Londres que dirigió el estudio.

Mallett añade al respecto: «Los cálculos anteriores del espesor del hielo marino se basan en un mapa de nieve actualizado por última vez hace 20 años. Debido a que el hielo marino ha comenzado a formarse más tarde en el año, la nieve en la parte superior tiene menos tiempo para acumularse. Nuestros cálculos explican por primera vez esta disminución de la profundidad de la nieve y sugieren que el hielo marino se está adelgazando más rápido de lo que pensábamos».

Julienne Stroeve, también de la University College y coautora del artículo, señala: «Hay una serie de incertidumbres en la medición del espesor del hielo marino, pero creemos que nuestros nuevos cálculos son un gran paso adelante en términos de una interpretación más precisa de los datos que tenemos de los satélites».

«Esperamos que este trabajo pueda utilizarse para evaluar mejor el rendimiento de los modelos climáticos que pronostican los efectos del cambio climático a largo plazo en el Ártico, una región que se está calentando a una tasa tres veces mayor que la global y cuyos millones de kilómetros cuadrados de hielo son esenciales para mantener el planeta fresco», apostilla.

RADARES DE SATÉLITE

Para calcular el espesor del hielo marino, los investigadores utilizaron radares del satélite CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Al cronometrar cuánto tiempo tardan las ondas de radar en rebotar del hielo, se puede calcular la altura del hielo sobre el agua a partir de la cual pueden inferir el espesor total del hielo.

En el nuevo estudio, los científicos utilizaron un nuevo modelo de nieve desarrollado previamente por investigadores de la University College de Londres y la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos) que calcula la profundidad y densidad de la nieve utilizando entradas como la temperatura del aire, las nevadas y datos de movimiento del hielo, con el fin de deducir cuánta nieve se acumula en el hielo marino a medida que se mueve alrededor del Ártico.

Al combinar los resultados del modelo de nieve con observaciones de radar satelitales, calcularon la tasa general de disminución del espesor del hielo marino en el Ártico, así como la variabilidad del espesor del hielo marino de un año a otro. Encontraron que la tasa de disminución en los tres mares costeros de los mares de Láptev, Kara y Chukchi aumentó en un 70%, 98% y 110%, respectivamente, en comparación con cálculos anteriores. Y que, en los siete mares costeros, la variabilidad en el espesor del hielo marino de un año a otro aumentó en un 58%.

El hielo marino en los mares costeros suele variar de medio metro a dos metros de espesor. Cada vez más, el hielo en esta región no está sobreviviendo al derretimiento del verano. El adelgazamiento más rápido del hielo marino en los mares costeros del Ártico tiene consecuencias para la actividad humana en la región, tanto en el transporte marítimo a lo largo de la ruta del Mar del Norte durante la mayor parte del año como en la extracción de recursos del fondo marino, como petróleo, gas y minerales.

«Más barcos siguiendo la ruta alrededor de Siberia reducirían las emisiones de combustible y carbono necesarias para mover mercancías por todo el mundo, particularmente entre China y Europa. Sin embargo, también aumenta el riesgo de derrames de combustible en el Ártico, cuyas consecuencias podrían ser nefastas. El adelgazamiento del hielo marino costero también es preocupante para las comunidades indígenas, ya que deja a los asentamientos en la costa cada vez más expuestos al fuerte clima y a la acción de las olas del océano emergente», recalca Mallett.

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