El primer ministro marroquí, Saad-Eddine El Othmani, anunció que ejércitos encabezados por Estados Unidos y coorganizados por Marruecos desarrollarán actividades militares en parte del desierto del Sahara occidental, mientras el movimiento independentista Frente Polisario, que reivindica la región, se opuso a las declaraciones del premier.
La localización del mayor ejercicio anual del Comando militar estadounidense para África (Africom) «significa la consagración del reconocimiento estadounidense del Sahara marroquí», tuiteó Saad-Eddine El Othmani.
Estados Unidos reconoció la soberanía de Marruecos sobre la región de Sahara Occidental, en disputa con el Frente Polisario, en el marco de un acuerdo negociado a finales del Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump, a cambio de que Marruecos aceptara una reconciliación diplomática con Israel.
La edición 2021 de las maniobras conjuntas del Africom suspendidas en 2020 por la pandemia de coronavirus reunirá del 7 al 18 de junio a 7.000 soldados de nueve países, según detalló el sitio del comando estadounidense, sin precisar donde se desarrollarán los ejercicios.
Según Othmani, los lugares elegidos incluyen regiones del Sahara Occidental, como la zona de Mahbes, donde en los últimos meses militantes independentistas del Polisario anunciaron bombardeos, y la de Dakhla, donde Marruecos espera construir un gran puerto atlántico.
Asimismo, el premier dio a conocer un gráfico que especifica un presupuesto de 24 millones de dólares, con la participación de un centenar de blindados, 46 aviones de apoyo y 21 aviones de combate.
Sin embargo, el Frente Polisario calificó como un «rumor totalmente falso» el reciente anuncio del premier marroquí y negó el desarrollo las acciones del Africom en dicha región.
«No habrá maniobras conjuntas en el Sahara occidental», advirtió hoy el encargado de la diplomacia saharauí, Mohamed Salem Ould Salek, citado por la agencia de noticias AFP.
«Se llevarán a cabo en el sur del territorio marroquí y al interior de las fronteras internacionalmente reconocidas de Marruecos», aseguró.
El Sahara Occidental, excolonia española, es un gran territorio desértico situado al norte de Mauritania y considerado por la Organización de Naciones Unidas como «territorio no autónomo», ya que su estatus no ha sido fijado de forma definitiva.
En concreto, el Frente Polisario, respaldado por Argelia, reclama un plebiscito de autodeterminación, mientras Marruecos propone una autonomía bajo su soberanía.
A esta situación se sumó un nuevo capítulo en la reciente crisis diplomática entre Madrid y Rabat desatada luego de que España acogiera a Brahim Ghali, líder del movimiento independentista, y debiera ser internado en un hospital de Logroño en abril pasado tras contraer coronavirus.
Este martes, el presidente español, Pedro Sánchez, comunicó que Ghali abandonará el país el miércoles, después de declarar ante un juez por dos causas reabiertas y quedar libre de movimientos.
Tras su comparecencia por presuntos delitos de «torturas» y «genocidio» cometidos en un campo de refugiados de Argelia, el juez decidió no inculparlo y rechazó imponerle las medidas cautelares solicitadas al no ver «riesgo de fuga alguno».
Para el abogado del líder, las acusaciones son «rotundamente falsas» y tienen «un motivo absolutamente político», en alusión a la posibilidad de que Rabat esté detrás de las acusaciones.
Según el diario El País, Ghali saldrá a la 1.40 de la madrugada del miércoles con destino a Argelia, país cuyo gobierno es el más firme defensor del Polisario para gran disgusto de Marruecos.
La presencia del líder independentista en territorio español desató una crisis diplomática con Rabat, que tuvo su momento culminante hace dos semanas, cuando en represalia por el gesto de España, Marruecos dejó a unos 10.000 migrantes cruzar a nado desde su territorio hacia el enclave norteafricano español de Ceuta.
La histórica afluencia de migrantes al enclave derivó en choque diplomático: Marruecos llamó a consultas a su embajadora en Madrid y pidió una investigación «transparente» sobre la llegada de Ghali a Logroño, mientras Sánchez arremetió contra lo que calificó de «asalto» a las fronteras españolas.
El ministerio de Exteriores español, en tanto, insistió en que la acogida de Ghali fue por «razones humanitarias», y especificó que el gobierno marroquí fue informado hoy de su salida de España.