«Grande-Marlaska ordenó un nuevo refuerzo de los efectivos con 90 agentes adicionales: 40 de la Guardia Civil y 50 de la Policía», indicó la cartera en su cuenta de la red social Twitter.
«El Ministro ha llegado a Melilla y ha sido recibido por la delegada del Gobierno en la ciudad autónoma, Sabrina Moh, en el aeropuerto», informó horas antes la delegación gubernamental en la ciudad autónoma.
El gobierno español ordenó este viernes el despliegue de las fuerzas para apoyar la vigilancia del vallado a través del cual al menos 600 migrantes trataron de acceder a España desde Marruecos.
«Esta madrugada se han producido en Melilla algunos intentos de entrada por el perímetro fronterizo, algunos de ellos con empleo de la violencia contra los agentes, pero todos ellos han sido repelidos por las Fuerzas de Seguridad», precisó un comunicado oficial reproducido por la agencia de noticias Sputnik.
Este nuevo suceso ocurre casi una semana después de la llegada de unos 8.000 migrantes a Ceuta, la otra ciudad de soberanía española ubicada en tierra africana, permitida por las autoridades de Marruecos en represalia por la decisión de España de permitir asistencia sanitaria a Brahim Ghali, un líder rebelde que combate por la independencia del Sahara Occidental.
«No estamos en disposición aún de decir cuántas personas entraron en Ceuta. Se estima que fueron entre 8.000 y 10.000, y parece que 6.600 regresaron a Marruecos», la mayoría expulsados por la policía española, dijo ayer la vicepresidenta de la ciudad, Mabel Deu.
La mayoría de esos migrantes llegaron a nado, y otros en embarcaciones inflables. Fuentes del Gobierno local apuntan a que dentro del total había 1.500 menores de edad.
Ante esa situación Ceuta habilitó hoy un pabellón deportivo para poder alojar a 250 menores marroquíes que ya fueron trasladados a esas instalaciones, el tercero dispuesto por las autoridades para albergar a niños y adolescentes que llegaron alejados de sus padres.