La eliminación de eufemismos o la liberación de ciertos términos de sus connotaciones negativas son algunos de los puntos clave de una investigación publicada recientemente, titulada ‘Léxico e ideología sobre la gordofobia en la comunicación digital’.
En este contexto, el estudio alude al establecimiento de un discurso hegemónico que transmiten los medios de comunicación, o que promueven industrias como la cosmética o la moda, donde se normativiza la delgadez y se genera una estigmatización con aquellas personas, especialmente mujeres, que no cumplen con el canon establecido.
Ante la ausencia de bibliografía específica en español y enmarcada en este ámbito digital, Susana Guerrero Salazar, catedrática de Lengua Española de la Universidad de Málaga (UMA), ha realizado una novedosa investigación centrada en un corpus de 100 textos: 50 obtenidos de las páginas web más destacadas del activismo feminista hispanohablante y 50 artículos sobre la gordura, procedentes de webs y revistas de moda, y en artículos en prensa digital extraídos de diversas secciones (salud, ciencia, corazón, mujer, dieta y nutrición), ubicados entre 2012 –coincidiendo con la consolidación del activismo antigordofobia en el ámbito hispanohablante, según data el estudio– y 2019.
Guerrero Salazar ha explicado que el objetivo de esta investigación «no es solamente conocer el léxico utilizado en torno al fenómeno de la gordofobia, sino también el contexto social en que se inscribe y sus mecanismos de reproducción, pues partimos de la hipótesis de que existe una consciencia sobre el léxico concreto que se emplea sobre la gordura y, dependiendo de los actores del discurso, dicho léxico puede ser encubridor (eufemístico) o, por el contrario, claramente directo (incluso disfemístico)».
El estudio señala los inicios del Movimiento por la Aceptación de la Gordura o Fat Acceptance Movement en Estados Unidos, a finales de los años 60, cuando tienen lugar las primeras manifestaciones del movimiento antigordofobia, dirigido a la denuncia del sistema de opresión establecido por el canon estético y orientado a dar visibilidad a la diversidad de cuerpos.
SELECCIÓN DEL LÉXICO Y LA INTERVENCIÓN DEL LENGUAJE
Así, como se apunta en el artículo, publicado en el Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación, «en los discursos en torno a la gordura, sobre todo en los más reivindicativos, se incide en la idea de que existe una consciencia sobre la necesidad de intervenir en el lenguaje».
No obstante, la investigación también acoge la presencia de un discurso oficial sobre la gordura, que se considera ampliamente transmitido por la industria cosmética y de la moda a partir de la segunda mitad del siglo XX, y que ha sido cuestionado por el ciberactivismo feminista, sobre todo a partir del 15M, cuando comienza en España el movimiento antigordofobia a través de las redes sociales.
«Los discursos convencionales que atañen a belleza y moda, por norma general, no hacen una crítica explícita a los cánones de belleza; en ellos no aparece el término gordo/a, sino que se opta por expresiones eufemísticas y metafóricas (curvy, voluptuosa, talla grande, kilos de más)», ha apuntado la profesora de la Universidad de Málaga.
En los 100 textos analizados se registran 85 formas distintas de aludir a la gordura, distribuidas en aquellas referidas solo a mujeres (43), solo a hombres (17) o ambos sexos (25). De este modo, los datos cuantitativos del estudio revelan que el 50 por ciento de los términos constatados se refieren exclusivamente a mujeres, con una gran variedad (disfemismos, eufemismos, neologismos), mientras que el 20 por ciento se refiere a hombres.
Por otro lado, el 30 por ciento corresponde a neologismos o eufemismos que se refieren a ambos sexos, mostrando una gran diferencia entre su referencia a hombres o a mujeres: curvy referido a hombre (1)/curvy referido a mujeres (10), gordo (4)/gorda (27), gordibueno (4)/gordibuena (16), por ejemplo.
En cuanto a los dos tipos de fuentes en las que se basa el estudio (discurso hegemónico y discurso activista), se destaca que el léxico eufemístico y metafórico para aludir a la gordura se registra solo en el discurso hegemónico, con mayor variedad léxica, mientras que aquellos textos correspondientes al activismo feminista se caracterizan por evitar el uso inclusivo del género gramatical masculino, reivindicar el uso del término gorda liberado de connotaciones negativas y proscribir los eufemismos, metáforas o neologismos empleados en el discurso hegemónico (como curvy o gordibuena).
Además, el estudio revela que coexisten discursos híbridos en el entorno digital, pues de manera paralela al activismo feminista se han ido creando blogs de moda que, desvinculándose del feminismo radical, asumen algunas de las reivindicaciones y «reproducen parte de los debates terminológicos, cuestionan también algunos neologismos o defienden el uso de la palabra gorda», ha sentenciado la investigadora.